El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, quiere una España diversa, unida y orgullosa de sus símbolos, y esa es la meta que se ha propuesto en su recién estrenado camino como candidato a la presidencia del Gobierno, porque solo desde ahí es posible dar soluciones al país.

Rivera, que se expresó así en la formalización de la presentación de su candidatura a las primarias para encabezar la lista a las generales, argumentó que el cambio que necesita España "no puede hacerse desde el inmovilismo del PP o el PSOE, pero tampoco desde el odio, la venganza y el sectarismo que proponen otros".

Ante una gran expectación por parte de los medios de comunicación, Rivera dijo que es necesario gobernar de otra manera, "sin dar la espalda a los españoles".

En este sentido, explicó que el espacio de juego de Ciudadanos es "el respeto a todo el mundo" y la "democracia", porque en España "siempre ha triunfado la moderación y la centralidad", por lo que se mostró convencido de que su partido es "el mejor para "encabezar la segunda transición".

El presidente de Ciudadanos, que ayer habló en su calidad de "precandidato a la Moncloa y candidato a las primarias", según señaló, desgranó en seis puntos los motivos que le han llevado a tomar la decisión de presentar esa candidatura y no a las elecciones catalanas, a las que irá como cabeza de lista la diputada Inés Arrimadas, presente ayer en el acto.

Rivera se mostró seguro que como barcelonés, catalán, español y europeo, puede "contribuir a que una inmensa mayoría de españoles se sienten partícipes de una España diversa y unida, incluidos la mayoría de los catalanes", en la que "no hay bandos sino democracia, donde no hay sectarismo sino también convivencia".