Otros siete exconsejeros de Caja Madrid que declararon ayer como imputados en la Audiencia Nacional por el escándalo de las tarjetas opacas han defendido que la entidad se las entregó para uso personal y que era ella la que se encargaba de tributar por ellas.

Alguno lamentó el "enorme trastorno" que ha provocado este asunto en su reputación, como la expresidenta la de la Fundación Caja Madrid Carmen Cafranga, mientras que otros, como el consejero delegado de OHL, Javier López Madrid, afirmaron que, de haber sabido que las visas eran irregulares, no solo la habría entregado, sino que habría dimitido.

Cafranga explicó al juez instructor, Fernando Andreu, que el "perjuicio" a su imagen ha sido tal que el Banco Santander le negó un aval para regularizar su situación con Hacienda, informaron fuentes jurídicas.

Afirman que de haber sabido que las visas eran irregulares las habrían entregado

López Madrid, que siempre pensó que era una tarjeta exclusiva de Caja Madrid porque así lo dio a entender Rodrigo Rato en una reunión del consejo de administración de Bankia, habló de un "exceso de confianza" y, aunque es "evidente que algo" ha hecho "mal", procuraba llevar un control del gasto.

Su grupo empresarial, añadió, es el que "más ha perdido con la salida a bolsa de Bankia", con lo que si hubiese conocido las irregularidades, habría abandonado su cargo.

Para ellos dos, la Fiscalía no ha pedido fianza civil.