Los doctores Simón y Carlos Viñals, encargados de la asistencia médica en la fiesta de Halloween del Madrid Arena del 1 de noviembre de 2012, recurrirán el auto del juez Eduardo López-Palop, en el que se les imputan tres supuestos delitos de homicidio por imprudencia grave profesional.

En declaraciones a Efe, José Crespo, el abogado de los responsables de la enfermería en el evento, ha calificado de "superficial" el auto del magistrado y lo ha enmarcado en "una justicia populachera" y en una instrucción que se ha hecho "mirando al tendido en lugar de mirar al toro".

Crespo ha considerado "parcial" la valoración del juez sobre el informe de la clínica médico-forense relativo a la actuación de los médicos en el Madrid Arena.

El letrado de los doctores Viñals ha lamentado que se haya manipulado la declaración judicial de sus clientes, que en ningún caso dijeron que dieron por fallecidas a tres de las víctimas de la tragedia.

Según Crespo, los dos facultativos -padre e hijo- aseguraron en sede judicial que identificaron en las niñas signos compatibles con el fallecimiento y llegaron a decir que tenían el aspecto de que pudieran llevar muertas desde hacía tiempo, pero eso no significa que su diagnóstico fuera de muerte y que no hicieran nada más.

Ahora, ha indicado el abogado, la Audiencia Provincial de Madrid tendrá que determinar si la actuación de los doctores Viñals tuvo una influencia directa en el fallecimiento de las tres chicas que fueron trasladadas al botiquín: Cristina Arce, Rocío Oña y Katia Esteban.

En el auto, el juez del caso Madrid Arena considera que los doctores Viñals no diagnosticaron correctamente a tres de las víctimas, dándolas por fallecidas cuando no lo estaban, y que su actuación fue "insuficiente, incompetente y carente de toda profesionalidad".