Pese a que la abdicación del rey es una posibilidad recogida en la Constitución, ningún gobierno había creído conveniente hasta ahora, cuando se ha hecho imprescindible, impulsar la ley orgánica que la regule. El Ejecutivo y el Congreso iniciarán hoy la tramitación exprés de una norma que debe establecer el procedimiento que lleve al príncipe de Asturias a convertirse en solo unas semanas en Felipe VI y que también podrá definir el papel institucional que ha de desempeñar el actual monarca una vez que haya dejado de ostentar sus funciones.

Lo novedoso del caso y la ausencia de una normativa que arroje luz sobre él despiertan cierta incertidumbre entre los juristas. “Los elementos esenciales –que el rey puede abdicar y que el sucesor es su hijo varón– están regulados. Es el procedimiento lo que está un poco en el aire”, comenta Gerardo Pérez, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de La Laguna (ULL), quien resume así la situación:“El principio y el fin están claros; el camino es más complicado”.

Un segundo vacío legal oscurece aún más el asunto, advierte Pérez. El artículo 74.1 de la Constitución recoge que, cuando se trate de cuestiones relativas a la Corona, las Cortes Generales –Congreso y Senado– deberán reunirse de forma conjunta. “Un reglamento debería regular esas reuniones conjuntas, pero tampoco se ha aprobado”, advierte el docente de la ULL, para quien resulta “sonrojante y casi irresponsable” que estos hechos hayan cogido “por sorpresa” a las instituciones españolas.

La posibilidad de que la abdicación y el acceso al trono del príncipe Felipe se produzcan sin que medie la elaboración de esa ley orgánica no convence ni a Gerardo Pérez ni a Antonio Domínguez Vila, también profesor de Derecho Constitucional en La Laguna. “Tramitar la abdicación como acto único, sin la ley, es algo que no acabo de ver”, admite. De hecho, y por lo que han publicado los medios de comunicación, deduce que el texto de la norma está ya “medio redactado”, puesto que “parece que la decisión estaba tomada desde hace tiempo y que la conocían quienes tenían que conocerla”.

¿Puede ser este el momento adecuado para hacer cambios en la Constitución? Gerardo Pérez recuerda que muchos constitucionalistas han demandado durante años la introducción de aspectos como la configuración del Senado como una cámara de representación territorial o el fin de la discriminación de la mujer en los derechos de sucesión al trono. “Siempre se ha dicho que no era el momento o que no había consenso. Pues bien, igual resulta ahora que sí hay consenso y sí que parece el momento”. Lo que tiene claro Pérez es que “en algún momento habrá que coger el toro por los cuernos”.

Sin cuestionar la necesidad de la reforma, Domínguez Vila advierte de su complejidad en lo que respecta a asuntos como, precisamente, la Monarquía: aprobación, mayoría de dos tercios en cada cámara, disolución inmediata de las Cortes, convocatoria de elecciones, ratificación por las nuevas cámaras y, de nuevo, estudio y aprobación del texto por dos tercios de ambas cámaras. “Creo difícil que se abra la caja de Pandora de una reforma constitucional que debería tener más calado e incluir más cosas”, dice.

La figura del actual monarca tras la abdicación es otro de los aspectos que podría incorporar la futura ley, aunque hay opiniones encontradas al respecto. “La ley orgánica que regule la abdicación no tendría que incluir cuestiones diferentes a la forma en la que debe llevarse a cabo; por supuesto, no debe prever un eventual estatuto para Juan Carlos de Borbón una vez que abandone la Jefatura del Estado” ni “extenderle las prerrogativas de la inviolabilidad y la exención de responsabilidad, que están reservadas constitucionalmente al rey, no a quien ha dejado de serlo”, argumentaba ayer en su blog Miguel Presno Linera, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Oviedo.

Felipe será rey en un plazo de tres a seis semanas

El trámite institucional hasta la proclamación del futuro rey Felipe VI, se extenderá entre tres y seis semanas, según cálculos de la Casa del Rey trasladados a Efe.

Es el tiempo que llevará el trámite parlamentario de la ley orgánica que hoy aprobará el Ejecutivo en un Consejo de Ministros extraordinario, así como de la convocatoria de la solemne sesión conjunta de las Cortes Generales en la que el Príncipe será investido rey de España.

La ley orgánica será registrada en el Congreso de los Diputados y la Mesa de la Cámara baja se reunirá a las seis de la tarde para calificarla y abrir un plazo de enmiendas, requisito previo para ser elevada al Pleno, donde será tramitada por el procedimiento de urgencia y en lectura única.

La norma pasará luego al Senado, que seguirá el mismo procedimiento y, si no es modificada con enmiendas, quedará definitivamente aprobada.