La Sección Segunda de la Audiencia Nacional ha absuelto a Ana Serrot, la española acusada en Estados Unidos por el FBI de secuestrar a su hijo después de que en el 2010 realizara un viaje temporal a España con el niño y decidiera no regresar.

La Audiencia Nacional ha dictado una sentencia en cuyo fallo se desestima el recurso de apelación interpuesto por su marido, Víctor Bori, contra la sentencia del Juzgado Central de lo Penal de 25 de septiembre del 2013.

Esta sentencia absolvía a Serrot del delito de sustracción de menores del que era acusado, y según ha explicado en un comunicado su letrada, Nuria Martínez, el pasado 8 de enero de 2014 el Juzgado Central de lo Penal ha declarado firme esa resolución judicial.

Asimismo, ha aclarado que su cliente, tal y como se esgrimía desde la acusación, ni es diestra en el manejo de armas, ni tiene antecedentes penales en EEUU ni es peligrosa.

Por último, ha lamentado, en nombre de su cliente, "los graves perjuicios que se le han ocasionado al transcender a lo público, -en contra de su voluntad-, datos inciertos sobre su vida privada y la de sus familiares directos, puestos de manifiesto por el padre de su hijo con la intención de desacreditarla".

El juicio contra esta mujer en el Juzgado Central de lo Penal se celebró en septiembre del 2013 y fue consecuencia de la denuncia interpuesta por el padre, en la que le acusaba de "retención constante del menor" y pedía para ella una pena de cuatro años de cárcel y que no pudiera ejercer la patria potestad del niño por 10 años.

Durante la vista Serrot mantuvo que en todo momento informó al padre del menor del viaje a España con el hijo de ambos y que los dos estaban de acuerdo, por lo que entendía que no se consideraba un secuestro.

Explicó que decidió junto al padre del menor viajar a España en el 2010 con el pequeño para pasar unos meses con sus padres y recuperarse de una lesión de rodilla y que incluso él la esperó en el aeropuerto de Barajas y pasaron unos días juntos en Madrid, hasta que él regresó a EEUU.

Según la española, piloto de profesión, tenía pensado volver a EEUU para retomar su carrera profesional, pero decidió no hacerlo cuando el 7 de junio recibió una llamada de su marido en la que le amenazó con llevarse al niño y le aseguró que acabaría en la cárcel.