Los once detenidos en Melilla como presuntos cabecillas de los disturbios registrados en la Cañada de Hidum el pasado 10 de enero guardaban en sus domicilios un arsenal de armas de distinto tipo, así como grandes cantidades de droga y de dinero en metálico.

Según han informado hoy en rueda de prensa el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y el jefe de operaciones de la Policía Nacional en Melilla, Javier Nogueroles, los detenidos cuentan con numerosos antecedentes por delincuencia y tienen dictadas varias órdenes judiciales de búsqueda.

En el dispositivo policial, desarrollado ayer domingo, se llevaron a cabo nueve registros en distintos domicilios de la Cañada de Hidum, uno de los barrios más marginales y conflictivos de Melilla, cuya población es mayoritariamente musulmana.

Durante los registros, la Policía Nacional se incautó de 15 kilogramos de hachís, 150 gramos de cocaína, 20.000 euros en metálico, así como numerosas armas como machetes y hachas, además de una escopeta, que se está investigando si fue utilizada durante los disturbios.

Para el delegado del Gobierno, la detención de estas personas y la intervención de las armas y la droga corroboran la teoría que expresó el día de los incidentes, que era el intento de "disfrazar" un acto de delincuencia como reivindicación social.

Los disturbios del pasado día 10 de enero estuvieron protagonizados por un centenar de personas que, durante siete horas, formaron barricadas y lanzaron piedras y cócteles molotov contra la Policía, bajo la aparente reivindicación de un puesto en los planes de empleo.

Aunque inicialmente no se produjeron detenciones, la Policía puso en marcha desde ese mismo momento una investigación para dar con los instigadores de los altercados, que causaron 13 heridos entre los agentes.

La Policía cree que estas personas utilizaban el barrio de la Cañada de Hidum "como base" para desarrollar otro tipo de actividades delictivas en distintas partes de la ciudad autónoma.

Los detenidos tienen vinculación entre ellos, aunque será la autoridad judicial la que determine si constituían un grupo organizado, según Javier Nogueroles, que considera que los desórdenes públicos podrían haber sido organizados con objeto de que la Policía tenga más problemas para entrar a una determinada zona, y que esta pueda ser usada como base para ejercer la delincuencia.

"La actuación en la Cañada ha tenido un gran valor", ha dicho el delegado del Gobierno, quien considera que con ello se ha demostrado que esta zona de Melilla, al margen de lo que se puede llegar a pensar, "ni es un territorio inviolable ni está al margen de la ley".

Tras el desarrollo de esta redada policial, durante la tarde de ayer, se registraron otros incidentes en otro barrio periférico, el Monte María Cristina, en el que se consiguió detener a uno de los participantes y el que también se quemaron contenedores de basura, aunque sin consecuencias graves.