"Darle la mejor vida posible a mi hijo, ayudar a mi familia y darme un caprichito, que me lo merezco, y otro a mi marido". La frase, entre sollozos de alegría de Yazmina, joven empleada de la gasolinera de Repsol de El Volcán, en Arafo, resume lo vivido ayer en muchos lugares de Tenerife donde la alegría se desbordó tras ser agraciado el número 79.712 con el segundo premio de la Lotería de Navidad.

Yeray, esposo de Yazmina, la mira radiante mientras sostiene en brazos al pequeño Aythami, de tres añitos. Esta familia de Güímar simboliza la alegría de muchos tinerfeños, aunque, tal vez por la sorpresa o por la falta de costumbre, las manifestaciones de alegría fueran más bien contenidas. No corrió el champán, aunque sí mucha lágrimas.

De la plantilla de 130 trabajadores de las gasolineras de José Miguel González, veinte desarrollan su labor diaria en el establecimiento de Arafo. Uno de ellos, Agoney, ejerció de portavoz, entre los gritos de alegría de sus compañeros: "Todos tenemos un décimo: planchistas, cocineros, camareros, los que despachan fuera...".

El grupo sale y entra del local para hacerse fotos con el número de la suerte. Algunos intentan seguir con la tarea habitual, pero se hace difícil en este ambiente. "Yo de los bancos no quiero saber nada", bromeaba otro trabajador entre comentarios sobre cuánto han ganado y qué hacer con el dinero porque, confiesan, "aún no somos conscientes de lo que ha pasado".

Escenas similares se vivieron en la gasolinera de Repsol de San Miguel de Geneto. Marina, una de las empleadas, confirmaba, sin hablar muy alto, que "los ocho trabajadores tenemos el número. Vendimos 20 décimos, dos hojas completas". Emocionada, resumió: "Hoy se trabaja con más alegría".

Allí le vendieron a Faly, camarero de la churrería de enfrente, los décimos del número agraciado. "Compré dos anteayer y compartí otro con los compañeros" explica exultante. Son cuatro -Yaiza, Víctor y Chacho, además de Faly- los agraciados.

El matrimonio formado por Conchi y Guillermo es propietario de la cercana cafetería "¿Qué pasa pa?". Posan con su hijo y empleado, Adrián, sin soltar el décimo. "Habíamos preparado para hoy (por ayer) una fiesta a los clientes. Va a ser memorable después de esto", apuntan.

Este año, en Tenerife el Gordo de Navidad fue el segundo premio. Por cierto, ¿dónde cayó el Gordo?