El párroco de Borja (Zaragoza), Florencio Garcés, imputado por un delito de apropiación indebida de 185.000 euros y contra la libertad sexual, ha ingresado en la cárcel de Zuera, después de que la juez decretara prisión provisional tras el careo que mantuvieron ayer el sacerdote y los otros cinco detenidos.

Estos últimos arrestados son miembros de una misma familia, que residen también en Borja, un pueblo que se ha llevado "una sorpresa mayúscula" por este nuevo auto judicial, ha dicho a EFE el alcalde, Francisco Arilla.

Los otros cinco detenidos por la Guardia Civil han quedado en libertad con cargos y deberán comparecer en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Tarazona, encargado del caso, los días 1 y 15 de cada mes y cada vez que así se lo requiera el juez, según han informado hoy a EFE fuentes de la investigación.

La orden de ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, se produjo anoche después del careo mantenido entre el párroco y los cinco detenidos, en el marco de la operación "Espino" y que comenzó a raíz de que el sacerdote presentara dos denuncias, la última en noviembre, y que fue la que "hizo saltar las alarmas", según el teniente de la Guardia Civil de Tarazona, Carlos Balda.

El agente ha descartado que en el delito contra la libertad sexual del que se le acusa al párroco esté algún menor implicado.

La investigación persigue ahora averiguar dónde están los más de 185.000 euros, que el sacerdote podría haberse apropiado de forma indebida, así como en verificar de dónde procede el dinero que estaba ingresado en unas "cuentas bancarias de la Parroquia".

Se presume que los fondos provienen de "donaciones, herencias y dinero" que manejaba la parroquia, "se supone que libremente", aunque "se va a trabajar en contrastarlo", según ha dicho a los periodistas el teniente de la Guardia Civil.

No se descarta "absolutamente" ninguna hipótesis sobre de dónde puede proceder este dinero, ni siquiera que provenga de la recaudación obtenida por las visitas al cuadro del Eccehomo, la obra que retocó una pintora local y que adquirió fama internacional, ya que se está investigando "todo" minuciosamente.

No obstante, tanto la Defensa del Párroco, como la Fundación Sancti Spiritus, que gestiona la iglesia donde se exhibe la obra, desvinculan totalmente un asunto de otro.

Es más, el patronato de esta fundación, integrado por la corporación municipal de Borja, emitió un comunicado horas después de que se detuviera al párroco en el que se desvincula totalmente de esta cuestión y advierten de que se tomarán medidas legales contra el que vincule ambos asuntos.

Por su parte, la Defensa presentará en el plazo de cinco días un recurso de apelación a la Audiencia Provincial, ha anunciado hoy uno de los letrados que defienden al Párroco, Enrique Trebolle, quien se ha mostrado sorprendido porque la juez primeramente dejara en libertad al sacerdote y luego "sin haber nada nuevo" decrete su ingreso en prisión.

Según el abogado, el sacerdote hizo dos préstamos distintos, de 30.000 euros y 50.000 euros, a sendas personas, una de ellas, uno de los acusados y otra "alguien" que "ni siquiera" ha declarado ante la juez.

El abogado ha dicho que el cura presentó dos denuncias por estafa, cuando vio que no le devolvían el dinero.

El resto de los fondos, el sacerdote los ha dedicado a "obras sociales" y lo ha aportado en cantidades de "entre 100 y 300 euros", ha afirmado el abogado, quien considera a su defendido una persona de "una gran generosidad e ingenuidad".

En cuanto a las otras cinco personas, se les acusa de extorsión y pertenencia a grupo organizado.

La prisión provisional del párroco fue dictada por la juez después de que el fiscal valorara los supuestos que contempla la ley para ello: el de riesgo de fuga, el de que el imputado se deshaga de las pruebas o que pueda interferir en el resultado de la investigación.

Tras valorar estos parámetros, el juez, a petición del fiscal, optó por enviar al párroco a prisión.

Desde el Obispado de Tarazona se han mostrado sorprendidos y apenados por este asunto, ha dicho el vicario de la Diócesis, Esteban Aranaz, quien ha recordado la presunción de inocencia del sacerdote.

En Borja, "nadie se imaginaba primero que lo detuvieron y segundo que lo enviaran a la cárcel", ha dicho el alcalde, quien insiste en que "la gente sigue confiando en el párroco y cada vez más".