El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció ayer que se equivocó al mantener la confianza en el extesorero de su partido Luis Bárcenas, alguien que, añadió, se ha demostrado "que no la merecía", aunque recalcó que no ha cometido "el delito de encubrir a un presunto culpable".

"Me equivoqué. Lo lamento, pero fue así", señaló en su comparecencia ante el pleno del Congreso -que se celebró en el Senado por obras en la Cámara Baja- durante la que citó explícitamente el nombre de Bárcenas, al que, añadió, dio crédito porque carecía de razones para dudar de su inocencia.

"Me fie de él y le apoyé", apostilló. "Cometí el error de creer a un falso inocente, pero no el delito de encubrir a un presunto culpable", aseguró Rajoy, quien argumentó que Bárcenas le "engañó" y que "lo tenía muy fácil" porque él no condena "a nadie de manera preventiva".

"Siempre he actuado así y no porque una persona haya fallado voy a variar mi actitud", dijo el presidente del Gobierno antes de asegurar que, si lo hiciera, tendría que cambiar muchas cosas en su tabla de valores, algo a lo que no está "dispuesto".

Explicó que dio "crédito" a Bárcenas porque era "una persona de confianza" en el PP hasta que, a los cuatro años de iniciadas las investigaciones judiciales, "llegaron datos que confirmaban" la existencia de cuentas corrientes en Suiza "a su nombre". "Me fie de él y le apoyé, sí, le apoyé, como apoyaría a cualquiera", sentenció.

El jefe del Ejecutivo inició su intervención ante el pleno asegurando que iba a referirse directamente al caso Bárcenas y advirtiendo de que no iba a recurrir al "y tú más" para hablar de otros escándalos de corrupción.

Recalcó que en el PP se ha pagado "en blanco", que no se ha llevado una doble contabilidad ni "se oculta ningún delito" y que el juez que investiga el caso Bárcenas así lo determinará cuando corresponda. "Se han pagado sueldos, sí, se han pagado remuneraciones complementarias, sí, se han pagado anticipos por gastos inherentes al desempeño del cargo, también, como en todas partes. Es de justicia", dijo.

El líder de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, por su parte, conminó al jefe del Ejecutivo español a "marcharse" en un acto de "generosidad" con España y advirtió de que su partido no ha descartado presentar una moción de censura.