La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, cerró ayer el asunto de la dimisión de su vicealcalde, Miguel Ángel Villanueva, un día después de su cese por los sucesos del Madrid Arena, y se mostró dispuesta y preparada para seguir al frente del ayuntamiento, pese a los ataques que sabe que continuará recibiendo, y negó que pensara en algún momento dimitir de su cargo.

En rueda de prensa tras la reunión de su Gobierno, la alcaldesa dijo que "nunca" pensó en renunciar al cargo y agradeció el trabajo realizado por quien ha sido su número dos durante un año, que el miércoles dijo que dimitía para rebajar la tensión provocada en el ayuntamiento por la tragedia del Madrid Arena, en la que murieron cinco jóvenes y que ha alterado la gestión diaria del consistorio.

Botella expresó su "mayor afecto político y personal" por Miguel Ángel Villanueva, al que se refirió como "un colaborador leal", del que valoró su "máximo esfuerzo y honestidad", y declaró que no ha perdido la "confianza" en él.

En todo momento se negó a hacer declaración alguna sobre las circunstancias y los motivos de la dimisión del vicealcalde y cuando se le preguntó al respecto, hasta en cuatro ocasiones, contestó que no iba a "añadir nada a lo que Villanueva explicó".

Por el contrario, se centró en explicar los cambios en su Gobierno propiciados por esa dimisión y los justificó en la necesidad de conseguir una administración "más reducida" y "más austera".

El portavoz adjunto del PSOE en la Asamblea de Madrid, José Quintana, pidió la dimisión de Ana Botella por la crisis del Madrid Arena.