El Juzgado de lo Penal número 1 de Valladolid ha condenado a una mujer de 50 años a dos años de prisión por un delito de lesiones por imprudencia grave, cometido cuando su perro atacó a una niña de 7 años que sufrió graves heridas en la cabeza que conllevaron varias operaciones.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, fija además el abono de una indemnización de 3.472,86 euros al Servicio de Sanidad de Castilla y León (Sacyl) por los gastos derivados de la asistencia médica dispensada a la menor.

La resolución judicial, contra la que cabe recurso de apelación, ante la Audiencia de Valladolid, establece además la entrega del animal para sacrificarlo por medios eutanásicos indoloros, bajo supervisión de veterinario autorizado.

En el apartado de hechos probados, la sentencia relata cómo se desencadenó el suceso, sobre las 18:30 horas del 14 de enero de 2011, en la población vallisoletana de Arroyo de la Encomienda (Valladolid), donde residía la encausada.

Aquella tarde, J.A.C. paseaba por la calle Almendera con sus dos perros -uno de raza Husky siberiano que llevaba atado y otro de raza mestiza "de gran fuerza y envergadura" que llevaba suelto-.

En un momento dado, el perro de raza mestiza, sin correa ni bozal, se abalanzó sobre una menor de 7 años que iba por la calle junto a su madre, quien llevaba de la mano a su otro hijo, de 5 años.

Sostiene la juez que la acometida del animal se produjo con "violencia y celeridad", de modo que ni la víctima ni su madre tuvieron oportunidad de reaccionar o defenderse, sin que estuvieran en estado de alerta y viendo al can venir trotando al doblar la esquina desde una distancia de seis metros.

El perro "atacó y mordió ferozmente, ensañándose con la menor", un ataque que duró varios minutos sin que ninguna de las personas que intervino alertados por los gritos de la menor y su madre lograra con sus patadas separar al can de la niña.

Fue uno de los agentes de la Policía Local quien consiguió separar al perro rociándole con un spray de defensa.

Precisa la resolución judicial que la menor sufrió heridas múltiples por mordedura de perro, especialmente en la cabeza, y considera que la propietaria del animal mantuvo un comportamiento pasivo durante el ataque del perro, sin realizar ninguna acción tendente a controlar o separar al animal de la niña o recabar el auxilio de terceros.

"Incluso finalizado el ataque únicamente accedió a sujetar al perro cuando fue conminada por uno de los agentes diciéndole que ''o lo sujetaba o le pegaba un tiro al animal en ese momento''", dice la resolución.

Agrega que la acusada tenía "pleno" conocimiento del carácter agresivo y violento de su perro y había sido objeto de "múltiples" denuncias ante el Ayuntamiento de Arroyo de la Encomienda por atacar y morder tanto a otros perros como a los dueños de los mismos, y fue requerida por agentes de la Policía Local para que le llevara atado e incluso con bozal, "yendo siempre suelto en compañía de la propietaria cuando se producían los hechos".