El Congreso de los Diputados ha acogido hoy un emotivo homenaje a los políticos españoles que en 1962 participaron en el llamado "Contubernio de Múnich", considerado el punto de arranque de la transición hacia la democracia.

El "Contubernio de Múnich" fue una reunión organizada en esta ciudad alemana en el marco del Congreso del Movimiento Europeo que convocó a más de un centenar de representantes de organizaciones políticas de la oposición a Franco de dentro y fuera de España, razón por la que el régimen lo bautizó de forma despectiva.

Fue la primera ocasión en la que la oposición interna a la dictadura y los exiliados se reunieron después de la Guerra Civil para defender la reconciliación y el restablecimiento de la democracia y el pluralismo político.

En el acto celebrado en el Congreso, han participado el presidente del Congreso, Jesús Posada; el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.

También han intervenido personajes que tuvieron un papel relevante en el "Contubernio de Múnich", como los expresidentes del Congreso Fernando Álvarez de Miranda y del Senado José Federico de Carvajal.

Posada ha apelado al espíritu que presidió la reunión de 1972 para destacar la necesidad hoy en día de lograr una "mayor concordia" entre todas las fuerzas políticas y sociales".

El presidente de la Cámara baja ha reclamado este consenso para "vencer la tendencia a la crispación y al enfrentamiento estéril" que, a su entender, han caracterizado el clima social y político desde hace algunos años.

García-Margallo ha opinado que el encuentro de la oposición franquista representó la "sutura de las dos Españas".

"La lección de Múnich es que todo es posible", ha dicho el ministro, quien ha convenido en la importancia de recuperar el diálogo entre todos los actores políticos.

En este sentido, García-Margallo ha garantizado que el consenso será "el norte" del Gobierno del PP.

Rubalcaba ha destacado de los participantes del "Contubernio de Múnich" su "coraje" y "la fidelidad a sus ideas políticas", así como "el profundo respeto al adversario político".

"En nombre de todos los españoles de buena fe: muchas gracias", ha añadido el secretario general del PSOE.

De los 118 participantes en el cónclave de hace medio siglo, siguen vivos dieciséis.

José Federico de Carvajal ha asegurado que aquella reunión fue decisiva para la transición española porque en ella estuvieron casi todos los que después se encontraron en las Cortes Constituyentes, movidos por un mismo amor a la libertad y a la democracia.

El expresidente del Senado ha recordado alguna anécdota de aquel episodio, como los gritos que en Madrid pedían "los de Múnich a la horca" y que a él le llegaron cuando llegó a París desde Alemania, obligándole a prolongar su estancia en Francia hasta que se la acabó el dinero.

Carvajal se ha mostrado convencido de que todavía sirve aquel talante que hizo posible el contubernio y ha invitado a toda la clase política a reproducir hoy día aquel "espíritu de Múnich".

Fernando Álvarez de Miranda también ha evocado el lema de "los de Múnich a la horca" con que el régimen franquista reaccionó a aquella iniciativa, pero también ha recordado, muy emocionado, cómo Salvador de Madariaga manifestó que con aquel congreso, celebrado en 1962, había quedado clausurada la Guerra Civil española.

Tras su vuelta a España, él fue confinado al igual que otros protagonistas, en Canarias, y ha explicado que aprendió en la isla de Fuerteventura que la solidaridad humana "no tiene límites", por la acogida que le dispensaron los isleños.