Ángel Currás fue elegido ayer al-calde de Santiago en sustitución de Gerardo Conde Roa, que ayer presentó su renuncia, y aseguró que desde este momento continuará con un trabajo iniciado hace diez meses en el que "no cambia el proyecto, cambia el capitán de la nave". El popular Conde Roa renunció ayer al cargo de alcalde en un pleno extraordinario, seguido por otra sesión también extraordinaria que eligió a Currás como nuevo regidor con los votos del grupo popular.

El ya exregidor anunció el lunes en rueda de prensa su dimisión, después de que el titular del Juzgado número 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, le comunicara el auto en el que se le imputa un presunto delito de fraude contra la Hacienda Pública.

Ayer entró en el Salón de Plenos sin perder la sonrisa que le acompañó el lunes y dio lectura al escrito de renuncia "libre y voluntariamente" a "continuar desempeñando tan honorífico cargo".

Seguidamente, los portavoces de BNG, Rubén Cela; y del PSdeG, Xosé Antonio Sánchez Bugallo, coincidieron en desear "suerte" a Conde Roa en su vida personal y en su futuro.

Cela, que pidió la palabra tras la intervención de Conde Roa, consideró "correcta" su decisión de dimitir porque "era la única salida posible" por "higiene democrática y la credibilidad de la imagen de Santiago".

Por su parte, el exalcalde Bugallo evocó las críticas de estos últimos días para sostener que "lo que hubo, hasta aquí llegó", y "a partir de hoy me gustaría pasar página y empezar un capítulo nuevo".

La portavoz del grupo popular, Paula Prado, destacó de la trayectoria de Conde Roa que defendió a la capital gallega "liberándola de todo complejo y espíritu timorato", y en lo personal subrayó la "humanidad" que ha presidido sus decisiones "por pequeñas que fuesen".

Conde Roa tomó la palabra a continuación para indicar que no preparó un discurso porque "este pleno debe ser breve", y pidió "perdón" ante la corporación por si en algún momento ha "faltado al respeto" o "dignidad" de la institución o de los ediles.

En todo caso, agradeció el trabajo de la corporación "más allá de las diferencias que ha habido", insistió en que se va "sin reproches" e instó a ser capaces de seguir trabajando y pensando en que "detrás de cada expediente y petición al Ayuntamiento hay un proyecto de vida, una ilusión, unas ganas de poner en marcha algún tipo de iniciativa".

"El cariño que siento por el Ayuntamiento de Santiago es algo que quiero que quede como mis últimas palabras a este ayuntamiento", dijo antes de asegurar que ha deseado "lo mejor" para esta institución y que, si no lo ha logrado, ha sido su "responsabilidad".