El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, rechazó que las reformas económicas acometidas por el Gobierno central hayan podido pasar factura a los populares en las últimas elecciones autonómicas celebradas en Andalucía y Asturias y recordó "la complicada situación que atraviesa el país con la desviación del déficit público en el pasado ejercicio, las inaceptables cifras de paro y las dificultades en los mercados internacionales".

En una primera valoración de los comicios autonómicos andaluces del domingo a su llegada a Seúl, donde hoy participará en la II Cumbre de Seguridad Nuclear, sentenció: "Tenemos problemas para financiarnos en los mercados, está la UE detrás; estamos haciendo lo que tenemos que hacer".

Rajoy se mostró "muy orgulloso" del PP andaluz y de su líder, Javier Arenas, por su "gran resultado" electoral aunque no pueda gobernar, y afirmó que las reformas continuarán porque "España no se puede quedar parada" y "la UE está detrás".

"En política no siempre consigue uno el cien por cien de los objetivos que se propone", apostilló. A su juicio, el resultado de las elecciones no es un fracaso "en absoluto", ya que los populares han ganado los comicios y han logrado "el mejor resultado en la historia" del partido, a pesar de no haber conseguido la mayoría absoluta necesaria para dirigir la Junta.

"Nunca habíamos tenido un resultado tan bueno, hemos ganado las elecciones, nunca las habíamos ganado, hemos mejorado muestra posición respecto a las últimas autonómicas. Nos hubiera gustado, como es natural y todo el mundo sabe, gobernar, pero nosotros vamos a seguir ahí", recalcó.

En cuanto a las reformas, sentenció que continuarán en los próximos meses "porque es lo que España necesita; no es un capricho". A su vez, argumentó que él nunca ocultó que "esto no iba a ser fácil, que era muy difícil", y que las medidas tardarán en producir efectos.

El viernes el Consejo de Ministros aprobará unos presupuestos generales del Estado que serán "muy austeros" y en abril y mayo el Ejecutivo seguirá con las reformas, confiando en contar "con la compresión de la gente".

Rajoy se comprometió a explicar "todo lo que se hace", pero garantizó que no cambiará su gestión porque "España hoy no se puede quedar parada ni anclada treinta años atrás".

"Hay que mirar al futuro, hay que hacer reformas; los demás los hacen y nos estamos jugando el futuro de España, no de los próximos dos años, sino el futuro del en muchos años", enfatizó.