Mariano Rajoy fue reelegido ayer presidente del PP con el apoyo del 97,56 por ciento de los votos de los compromisarios del 17 Congreso nacional del Partido Popular.

Fue el presidente de este Congreso, Juan Ignacio Zoido, quien hizo públicos los resultados de la votación a la lista del Comité Ejecutivo Nacional, encabezado por Rajoy, y a la Junta Directiva Nacional.

El número de compromisarios que ejerció su derecho al voto fue de 2.597, y los votos válidos fueron 2.588.

De ellos, 2.525 apoyaron la lista del Comité Ejecutivo propuesta por el líder del partido, lo que supone ese 97,56 por ciento. Además, hubo nueve votos nulos y 63 en blanco.

Este respaldo supone trece puntos más que el consiguió Rajoy en el último Congreso del PP, el celebrado en Valencia en 2008 (logró un 84,24 por ciento)

Por su parte, la votación a la Junta Directiva Nacional dio un apoyo similar, en este caso del 97,94 por ciento.

A esa lista votaron 2.595 compromisarios y fueron válidos los sufragios de 2.588 de ellos.

Hubo 2.522 que apoyaron a los integrantes de la propuesta (el 97,94), mientras que se registraron siete votos nulos y 66 en blanco.

A pesar de que Rajoy superó con creces el resultado obtenido en el Congreso de Valencia, no fue el mayor apoyo que ha logrado por parte de los compromisarios de un Congreso.

En 2004, Rajoy y su propuesta de Comité Ejecutivo tuvieron el apoyo del 98,37 por ciento de los compromisarios asistentes al Congreso celebrado ese año, en el que llegó a la presidencia tras abandonarla José María Aznar.

Por su parte, desde que Aznar accedió a liderar el partido, en el año 1990, sus porcentajes de apoyo no bajaron del 90 por ciento: 96 por ciento en ese primer año, 98,44 en 1993, 90,64 en 1996, 98,96 en 1999 y 99,6 por ciento en 2002.

Por su parte, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, defendió la "unidad" del partido y aseguró que no existen en su seno personalismos y solo hay un líder: Mariano Rajoy.

Un día después de ver reforzado su papel como "número dos" del partido, Cospedal contrapuso el cónclave sevillano del PP con la situación interna del PSOE tras su congreso federal y la división de los socialistas tienen en Andalucía.

Tanto el presidente del PP como la secretaria general se volcaron con Javier Arenas en su aspiración de lograr la presidencia de Andalucía, algo que, en palabras de Rajoy, va a ser "un acontecimiento histórico".