El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quiere que su partido haga una oposición útil y constructiva, pero firme en la defensa de los derechos y las libertades sociales, y considera que los ciudadanos no entenderían que los socialistas hicieran una política de "revancha". Rubalcaba presidió ayer, a puerta cerrada, la reunión del grupo parlamentario en el Congreso con la asistencia de Carme Chacón.

Una reunión breve, en la que no se habló del 38 congreso federal, según aseguraron varios parlamentarios del partido, ni de las supuestas fricciones abiertas con el PSC.

Sobre este último asunto, fuentes de la dirección federal del PSOE señalaron que la actitud con los socialistas catalanes sigue siendo de colaboración y, aunque la relación no se ha destruido, sí hay que restañar algunas heridas.

Pese a que la dirección del PSC insistió el lunes en que reivindicará ante Rubalcaba disponer de "voz propia" en el Congreso e incluso votar diferente que el resto del grupo socialista en asuntos de especial interés para Cataluña, la cuestión no estuvo ayer presente.

Así, la secretaria tercera de la Mesa del Congreso, Teresa Cunillera, dejó claro que el PSC "es un elemento leal del grupo socialista y hay unos protocolos de trabajo conjunto y de colaboración que se seguirán manteniendo".