A una semana de que el PSOE reúna a su Comité Federal, Alfredo Pérez Rubalcaba ya ha descubierto sus cartas para liderar el partido, a la espera de que se postule su máxima contrincante en esta batalla, Carme Chacón, que podría dar el paso en los próximos días. Y quizás un tercer aspirante.

El tiempo se le va agotando a Chacón si quiere beneficiarse de las prerrogativas contempladas para los precandidatos, como disponer de un espacio en la página web del partido o el envío postal a las agrupaciones.

Sin embargo, puede esperar al congreso para dar a conocer su candidatura, ya que todos los aspirantes tendrán que recabar en ese cónclave el aval del 20% de los delegados para formalizar sus aspiraciones, incluido Rubalcaba, que esta semana presentará el apoyo del 10% de los miembros del comité federal que se le exigen para ser precandidato.

Dentro de una semana, el Comité Federal aprobará la ponencia marco del congreso, que será remitida a las agrupaciones para su debate y enmienda, y abrirá el plazo para la designación de los delegados que acudirán a la cita de Sevilla.

Ahora bien, la vinculación de Rubalcaba y Chacón con el aparato del partido, de cuya Ejecutiva Federal forman parte ambos, puede llegar a ser más un estorbo que una ayuda precisamente en un momento como éste, en el que los militantes pueden tener la tentación de rebelarse contra el poder establecido.

Una prueba de ello fue el congreso federal del año 2000, cuando los socialistas vivían una situación similar a la actual, habían cosechado unos pobres resultados en las elecciones generales y Zapatero rompió todos los pronósticos y se hizo con las riendas del partido frente al candidato avalado por el aparato, José Bono.

En esta ocasión serán alrededor de 960 delegados los que tengan la voz final en el congreso federal de Sevilla en nombre de los 220.000 afiliados del PSOE y nadie en el partido descarta sorpresas, dados esos antecedentes.

Para ello, sería necesario que se presentara una tercera e incluso una cuarta alternativa, lo que podría ocurrir en el propio congreso, previsto para los días 3, 4 y 5 de febrero en la capital andaluza, aunque varios dirigentes, como Eduardo Madina o Patxi López, se han apresurado a autodescartarse.