El candidato socialista a la Presidencia del Congreso el pasado 20N, Alfredo Pérez Rubalcaba, no ha desvelado este sábado si aspirará a ser secretario general del PSOE pero ha apostado por un Congreso democrático, porque "cuanto más abierto, más debate y más participación" tenga más contribuirá a "fortalecer" el partido. "Democracia, democracia, democracia, y luego unidad e integración", ha remachado.

Rubalcaba ha puesto como ejemplo de integración la actitud de José Luis Rodríguez Zapatero cuando fue elegido secretario general en el 35 Congreso, apuntando que su "excelente manejo de las situaciones internas" ha sido clave en los buenos resultados del partido en estos años. "Yo soy un exponente vivo de tu capacidad de integración, y alguno más", ha reconocido.

En su primera intervención en público tras la noche electoral, Rubalcaba ha asumido la derrota "en primera persona" en su condición de candidato pero, tras un análisis rápido de los resultados, ha remarcado que el programa con el que el PSOE se presentó a las elecciones es válido para marcar las líneas maestras de la oposición -sin desvelar tampoco si quiere liderar esta tarea--.

El candidato ha subrayado que aunque el PP ha ganado "claramente" las elecciones pero no ha conseguido romper su techo electoral, ya que apenas ha tenido medio millón más de votos que en 2008. Es decir, que si en estas elecciones "óptimas" para ellos el PP no ha alcanzado los 11 millones de votos lo más probable es que no lo haga "nunca".

Además, ha concluido que "no hay una derechización de la sociedad española", sino un PP que ha "maximizado sus rendimientos electorales" y un PSOE que ha "dispersado" su voto, de manera que si el PSOE logra aglutinar a la mayoría progresista volverá a ganar las elecciones.

De este modo, Rubalcaba ha defendido que los españoles no han votado por una salida de la crisis distinta a la que proponían los socialistas, que suponía un "cambio en la política económica" para combinar austeridad con crecimiento, mantener el Estado del bienestar y pedir un esfuerzo a los que más tienen. El candidato ha remarcado que el programa era "honesto" y "coherente" con los principios socialistas: "Es lo que habríamos hecho en el Gobierno y también lo que debemos hacer en la oposición".

Con esa base, se ha propuesto contribuir a la salida de la crisis desde la oposición y ha dejado claro "a los españoles" que el PSOE no va a "brindar por una mala noticia ni a poner palos en las ruedas" ante medidas que crea "sinceramente" que pueden ayudar a mejorar la situación, pero defendiendo los "principios del PSOE", por "compromiso" con España y con los 7 millones de votantes que tuvieron el 20N.

"Desde el sábado no han cambiado mis convicciones", ha subrayado, en la línea de insistir en que en este momento de crisis lo básico es seguir defendiendo la educación, la sanidad pública, los servicios sociales, y las libertades ciudadanas.

"No está escrito que de esta crisis salgamos peor, podemos salir con más solidaridad, con más justicia y depende en buena medida de nuestro trabajo futuro y eso es lo que tenemos que proponernos", ha añadido. Con ese objetivo, ha remarcado que "en crisis es importante que haya una oposición centrada, que conozca lo que tiene que hacer" y que no esté "despistada" ni "desorganizada".

Por eso, ha apuntado que la fuerza de un partido no son sólo "sus escaños y sus votos", sino su "capacidad de proponer, de convencer y de dar soluciones". Así, ha llamado a "fortalecer" el PSOE "institucional y políticamente", porque es el instrumento que tiene la "mayoría progresista" para alcanzar el Gobierno y, a tenor de los resultados, está claro que esa "mayoría progresista sigue existiendo". MÁS QUE UN LEMA DE CAMPAÑA

Rubalcaba ha advertido de que cuando se desprestigia la política quien pierde es la izquierda y ha llamado a "cambiar la política dentro y fuera del partido", predicando con el ejemplo y "restableciendo las alianzas" del PSOE con la sociedad.

Al igual que sobre la gestión del Gobierno, ha reconocido que es posible hacer autocrítica sobre la campaña electoral, pero ha subrayado que ha sido una campaña honesta, "progresista y socialdemócrata", centrada en el futuro y muy abierta a los militantes y a la sociedad. Es más, ha opinado que el lema de precampaña, "Escuchar, hacer, explicar" debe ser también "una forma de hacer política" en el futuro, porque es lo que reclaman los militantes.

LA "MEJOR HERENCIA" DE ZAPATERO

Además, ha reivindicado la "herencia" de Zapatero, no sólo en el plano orgánico sino también por sus años de gobierno, por la primera legislatura "impecable" desde el punto de vista de los principios y los valores y también, en la segunda, por su "capacidad de poner por encima de los intereses del partido el interés del país".

"Esa coherencia, José Luis, es tu mejor herencia" y es "lo más importante para el futuro del partido", ha proclamado, aunque ha reconocido también que echando la vista atrás el gobierno admita "muchos análisis" y autocrítica sobre cómo se hicieron y se pudieron hacer las cosas. "Podemos sentirnos orgullosos del pasado, me gustaría que nos sintiéramos orgullosos del futuro", ha añadido.

El candidato ha expresado su "gratitud" y "orgullo" a todo el PSOE por una campaña electoral que de antemano sabían que sería "extraordinariamente difícil" y ha destacado la "unidad" del partido y este periodo y su pelea "a fondo" para "conseguir el mejor resultado posible". UNA CAMPAÑA "MONOGRÁFICA"

Aunque no ha querido que sonase a autojustificación, el candidato ha incidido en que la campaña, como la legislatura, del 20N resultó ser "monográfica" sobre la crisis, porque en toda Europa se ha convertido en el "eje de la referencia de la incapacidad política para poner coto a unos mercados tan poderosos como desordenados", algo que, además es un "hándicap para la izquierda".

En España, además, ello se ve agravado por la lacra del desempleo. De este modo, la campaña no sólo ha estado centrada en la crisis sino que, además, se ha desarrollado "bajo el impacto de la recaída" que se inició el mes de agosto. "Una prima de riesgo que nos ha colocado al borde mismo del precipicio, tasas de paro importantísimas y frenazo del crecimiento económico, un crecimiento que empezamos a acariciar en los primeros meses del año y que se ha truncado definitivamente este verano", ha resumido.

Rubalcaba ha recordado además que el PSOE llegó a esas elecciones en un "contexto políticamente agravado" por su derrota en las municipales y autonómicas, que siguió "pautas muy parecidas" a las del 20N -el voto contra el Gobierno que gestiona la crisis-- y ha finalizado incidiendo en los dos desafíos que tiene el PSOE por delante: el Congreso Federal y las elecciones andaluzas, una cita para la que ha pedido a todo el partido que se vuelque en Andalucía.