Los analistas de los servicios de información de las Fuerzas de Seguridad del Estado trabajan con la hipótesis de que ETA no decidirá sobre su posible disolución hasta después de las elecciones vascas previstas para 2013 y en función del resultado que obtenga la izquierda abertzale.

Así lo han manifestado fuentes de la lucha antiterrorista, que han expresado su "cautela" y su "extrema prudencia" ante el comunicado de ayer de la banda en el que anuncia el cese definitivo de su actividad terrorista, ya que ETA ni ha entregado las armas, ni se ha disuelto.

Las fuentes consultadas señalan que la "clave" sobre el futuro de ETA la tendrá el resultado de las próximas elecciones autonómicas, ante la expectativa de que las urnas refrenden una clara mayoría nacionalista.

En ese escenario, y ante la nueva confrontación política que podría originar una apuesta por las vías más abiertamente soberanistas e independentistas, los analistas de las Fuerzas de Seguridad del Estado no descartan que ETA tenga la tentación de reanudar su actividad criminal en "defensa" de la capacidad de decisión del pueblo vasco.

Hasta entonces, los expertos consideran remota la posibilidad de que el anuncio hecho ayer por la banda no sea acatado por el conjunto de la organización y, como en el caso del Ejército Republicano Irlandés (IRA) se produzca una escisión, como sucedió con el ''IRA auténtico'' en Irlanda del Norte.

En este sentido, no creen que la situación de extrema debilidad operativa y logística de la banda terrorista le permita recuperar la actividad a corto plazo, y más aún, en medio de un proceso de división interna.

Los analistas estiman además que ahora se abre un periodo de reflexión por ambas partes, en el que se deberá resolver el futuro de los miembros de ETA que permanecen en la clandestinidad y la situación de los más de 700 presos de la banda.