El Tribunal Supremo ha conformado un tribunal de siete magistrados en el que será ponente Andrés Martínez Arrieta para juzgar al instructor de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por un delito de prevaricación después de que investigara los crímenes que se cometieron durante la Guerra Civil y el Franquismo.

Además de Martínez Arrieta, que sustituye como ponente de la setencia a Adolfo Prego, compondrán el tribunal los magistrados de la Sala Segunda Carlos Granados, Perfecto Andrés Ibáñez, Julián Sánchez Melgar, José Ramón Soriano Soriano, José Manuel Maza Martín y Miguel Colmenero Menéndez de Luarca.

Así consta en una providencia hecha pública este jueves, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que el alto tribunal también solicita al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), tal y como hizo en diciembre pasado, que le remita los expedientes que abrió después de recibir quejas contra Garzón por supuestas dilaciones indebidas en la tramitación de la causa de la Memoria Histórica.

Esta designación se produce después de que en junio pasado la Sala del 61 del Tribunal Supremo acordara, a petición de la defensa de Garzón, apartar a cinco de los siete magistrados inicialmente designados para juzgar la causa por falta de imparcialidad. Se trataba, en concreto, del presidente de la Sala Segunda, Juan Saavedra, y los jueces Adolfo Prego, Joaquín Giménez García, Francisco Monterde y Juan Ramón Berdugo.

SIN ACUSACIÓN FISCAL

En junio pasado el defensor del juez Baltasar Garzón en esta causa, Gonzalo Martínez-Fresneda, solicitó la libre absolución de su representado por no constituir los hechos denunciados delito alguno. También requirió la presencia en el juicio de todos los testigos que fueron rechazados durante la instrucción, entre ellos varios expertos internacionales en temas de jurisdicción universal.

En el juicio, en el que Garzón se enfrentará a una pena de hasta 20 años de inhabilitación, sólo ejercen la acusación populares Manos Limpias y Libertad e Identidad, ya que la Fiscalía ha solicitado el archivo al no advertir indicios de delito.