El PP se ha propuesto hacer una campaña "constructiva" y "limpia" basada en las explicaciones de su programa y en la cercanía con el ciudadano, y lo hará así para diferenciarse de un PSOE del que teme una estrategia fiel a Alfredo Pérez Rubalcaba, es decir, de "insultos, sobresaltos, trampas y espías".

El vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, detalló ayer, en conferencia de prensa, los ejes de una estrategia que el Comité de Campaña, el primero tras el anuncio del adelanto electoral, ha dibujado para, a partir de ahí, construir el mensaje.

Un mensaje que tendrá dos lenguajes, el de la creación de empleo y el de la recuperación económica, por un lado, y el de la encarnación de la ilusión por el cambio, por otro. El líder, Mariano Rajoy, se ceñirá a ambos, sin entrar en polémicas.

El PP, dijo Pons, es la alternativa que garantiza el cambio que demandan todos los ciudadanos, especialmente las mujeres y los jóvenes, a los que los populares dispensarán un trato preferente.

"El cambio es el empleo y una nueva política económica; la continuidad es la ruina y el paro. Los españoles elegirán entre que las cosas sigan como están o que las cosas cambien", sintetizó Pons.

En pro de ese cambio que necesita España, el PP "trabajará sin descanso" en agosto y a lo largo de los meses que vengan, pues, en palabras de Pons, los comicios del 20 de noviembre se vislumbran esenciales para el futuro de los españoles.

Seis ideas guiarán la estrategia: carácter constructivo, moderación, trabajo de equipo -el "equipo de estrategas del PP es un equipo que puede ser de Gobierno", afirmó Pons-, importancia del proyecto, cercanía con el ciudadano y austeridad.

Sobre este último pivote de la campaña, el vicesecretario precisó que los populares tienen intención de gastar menos de lo autorizado en la campaña. Algunas fuentes estiman el ahorro en el 35% respecto de la de 2008.

El programa, por tanto, tendrá que estar muy bien redactado, y los compromisos electorales muy pensados, toda vez que "está en juego que cinco millones de ciudadanos" encuentren un puesto de trabajo.

Si los españoles se decantaran por el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, España continuará en "la ruina" y en el paro, pues el partido que gane será el partido que ha destruido cinco millones de empleos; pero si eligen a Mariano Rajoy, matizó Pons, comenzará una nueva etapa liderada por una organización que ya sabe lo que supone crear millones de puestos de trabajo y dar prosperidad.

"Nos preparamos para garantizar el cambio, para que donde hoy hay paro y ruina, vuelva la prosperidad y el empleo", concluyó antes de apostillar: "Tenemos que ser capaces de dar al país la esperanza que merece, tenemos que crear ilusión y futuro donde sólo hay un triste presente".

"Agresiones verbales"

Para que el objetivo del PP llegue a buen puerto, según las explicaciones de Pons, Génova ha diseñado una campaña "limpia", sustentada en el pilar de la economía, de lo que "preocupa a los españoles", y alejada lo máximo que pueda de lo que temen que el PSOE de Rubalcaba pondrá en relieve: "Los insultos, los sobresaltos, las trampas y los espías".

Pons empleó estas palabras como metáfora para describir "el estilo" y "la fama" de Rubalcaba, a cuyas previsibles provocaciones el PP intentará no responder, aunque con un matiz: si Ferraz envía "agresiones verbales", tendrán respuesta.

También dijo Pons que quieren tratar al candidato socialista con el respeto que merece su actual cargo, pero reconoció, no obstante esa "limpieza", que a los españoles y al PP preocupa el tipo de campañas que gusta hacer a Rubalcaba.

Un día después de que Rubalcaba se proclamara "líder del PSOE", Pons reseñó que los líderes políticos no suelen prodigarse en declaraciones como esas para reafirmar su jefatura, por lo que es de deducir, según sus palabras, que si lo dice es porque "no se lo cree". A su juicio, el PSOE vive "una profunda crisis interna".