Seis de cada diez viviendas de Lorca son habitables; el 28 por ciento de ellas ha sido marcado con color amarillo, lo que significa que sus habitantes pueden entrar sólo unos minutos a recoger enseres, y el 12 por ciento restante tiene código rojo y prohibido el acceso por daños estructurales.

Según el Centro de Coordinación de Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades, dirigido por la Consejería de Obras Públicas y Ordenación del Territorio de Murcia y el ayuntamiento de la ciudad asolada por los dos terremotos del pasado miércoles, ya se ha revisado la totalidad de los edificios de Lorca afectados: 4.100.

Los barrios con mayor número de viviendas marcadas en rojo son los Altos, la céntrica zona de la plaza del Óvalo, la diputación de Río, San Cristóbal, San Diego, La Viña, Santo Domingo y San Mateo.

En la tarea de evaluar los daños provocados por los seísmos destaca la actuación del denominado Grupo Cero, integrado por 30 especialistas en patología estructural de la edificación de la administración autonómica y por profesores de las universidades públicas de Murcia y Politécnica de Cartagena, así como por expertos llegados desde Madrid y Sevilla.

En los trabajos tendentes a que las viviendas señalizadas con el color amarillo pasen a tenerlo verde se emplean 29 brigadas de técnicos y operarios (17 de limpieza y 12 de apuntalamiento), ayudados por voluntarios de empresas de construcción de la región de Murcia, todos ellos bajo la supervisión de arquitectos e ingenieros.

Su objetivo durante este fin de semana se está centrando en reparar en la medida de lo posible los comercios afectados por los terremotos para que sus propietarios puedan abrir de nuevo sus puertas el próximo lunes, de modo que la recuperación de la normalidad llegue cuanto antes a la ciudad.