Un total de veinte excarcelados cubanos, acompañados de un centenar de familiares, se encuentran ya en España, con lo que se ha completado la primera fase de acogida de aquellos disidentes a los que el régimen castrista les ha autorizado el exilio para poder salir de prisión.

Los últimos cinco presos políticos que llegaron ayer a Madrid desde La Habana son Jor-ge Luis González Tanquero, José Ubaldo Izquierdo, Antonio Díaz Sánchez, Blas Giraldo Reyes y Jesús Mustafá Felipe. Como los que vinieron en los dos días anteriores, se hospedan de forma transitoria en un hotel de Alcorcón (Madrid).

El régimen castrista se ha comprometido a liberar a 52 presos políticos en un plazo de cuatro meses, sin cerrar la puerta a que sean más. De esta cantidad, veinte han venido a España, mientras una decena ha declinado exiliarse y han preferido seguir en la isla, aunque por ahora siguen en prisión.

Además de los llegados ayer, en la lista están Luis Milán, Mijail Bárzaga, Ricardo González, Léster González, Omar Ruiz, Antonio Villarreal, Julio César Gálvez, José Luis García Paneque, Pablo Pacheco, Omar Rodríguez, Normando Hernández, Arturo Pérez de Alejo, Manuel Ubals, Alfredo Pulido y Ricardo Enrique Silva.

Seis de ellos han sido ya trasladados con sus familias a centros de acogida gestionados por Cruz Roja, el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) y la Asociación Comisión Católica de Emigrantes (ACCEM).

Destinos

Estas organizaciones son las encargadas de acoger a los disidentes y facilitarles alojamiento, manutención, asesoría legal, apoyo sanitario y psicológico y ayuda los menores de edad.

Omar Rodríguez ha ido a Gijón (Asturias); Omar Ruiz, Luis Milán y Pablo Pacheco, a Málaga; Léster González, a Sigüenza (Guadalajara), y José Luis García Paneque, a Cullera (Valencia).

Algunos han optado por quedarse en Madrid, otros están a la espera de tomar una decisión y un tercer grupo quiere marcharse a otro país, como el caso de José Ubaldo Izquierdo, que irá a Chile.

Los primeros once que llegaron a la capital fueron alojados en un hostal situado en un polígono industrial del madrileño barrio de Vallecas, lo que suscitó algunas quejas por la baja calidad de sus instalaciones.

La mayoría de los disidentes va a solicitar acogerse a la protección internacional asistida, una modalidad recogida en la Ley de Asilo que da mayor margen de acción que la del refugiado político.