El PSOE y el PSC han decidido abrir conversaciones para fijar una posición común sobre el Estatut tras la polémica generada en torno a la sentencia dictada por el Tribunal Constitucional y evitar posibles desencuentros en el seno del Grupo Socialista durante el Debate sobre el estado de la Nación, que arranca mañana en el Congreso de los Diputados.

Según se informó a Europa Press en fuentes socialistas, la posibilidad de que las fuerzas catalanistas promuevan alguna propuesta de resolución conjunta sobre este asunto ha aconsejado al portavoz del PSOE en la Cámara Baja, José Antonio Alonso, a redoblar los lazos en el grupo parlamentario.

Alonso tiene en la dirección del Grupo Socialista en el Congreso a Daniel Fernández, uno de los dirigentes del PSC más próximos al presidente de la Generalitat, José Montilla, y a las reuniones de la dirección también asiste Francesc Vallès, que es el coordinador de los parlamentarios del PSC en Madrid (diputados y senadores).

El PSOE quiere evitar tensiones en el seno del Grupo Socialista, que cuenta con 25 diputados del PSC, y tratará de buscar una fórmula que contente a los socialistas catalanes. Ello pasa, según afirmó ayer a Europa Press el propio Daniel Fernández, por no renunciar a ninguno de los aspectos del Estatut aprobado en 2006 y por lograr su desarrollo concreto.

SENSIBILIDAD DEL PSOE

Una filosofía a la que en principio no se opone el portavoz socialista, quien pretende actuar "con sensibilidad" hacia Cataluña en la línea de autogobierno que el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha mostrado abierto a reforzar tras la sentencia del Constitucional.

En cualquier caso, todo estará pendiente de lo que se decida en la sesión plenaria extraordinaria del parlamento catalán, prevista para este viernes. Aunque las formaciones catalanistas hablan de mantener la unidad de acción, los socialistas no descartan que los intereses particulares de CiU, ERC e ICV hagan imposible un acuerdo sobre una redacción concreta y, en ese contexto, los votos de unos y otros se neutralizarían en Madrid.

De hecho, cuentan con que sus socios del tripartito, ERC e ICV, no apoyarán una propuesta de resolución en la que no estén los socialistas, pues eso sólo beneficiaría a su oposición en Cataluña, CiU, y encima castigaría a su propio gobierno conjunto.