El presunto jefe del último comando Donosti, José Ángel Lerín, para quien el fiscal pide 27 años de cárcel, negó en el juicio que comenzó ayer en la Audiencia Nacional que otros once de los acusados fueran miembros o colaboradores de dicho comando.

Junto a Lerín, son juzgados tres supuestos integrantes del comando -Arkaitz Agote, Juan Carlos Herrador y Sergio Lezcano-, además de nueve presuntos colaboradores que según el fiscal habrían realizado labores de información, propaganda y transporte, y alojado a miembros de la banda.

Sin embargo, Lerín negó que estos acusados fueran integrantes del comando del que supuestamente era dirigente; y aunque admitió que Herrador le alojó durante veintitrés días, afirmó que esa fue su única labor en relación con la organización terrorista, y que éste no tenía conocimiento de que almacenaba en su trastero los explosivos que fueron encontrados durante el registro.

De igual modo, Herrador, aunque admitió haber alojado tanto a Lerín como a otros miembros de ETA, así como haber transmitido mensajes dentro de la banda y ayudado en desplazamientos, negó que su compañera del momento, Lorea Irigoyen, y su antigua pareja, Itziar Aguirre, acusadas de colaboración con el comando, conocieran sus actividades dentro de la banda terrorista.

Por su parte, Arkaitz Agote y Sergio Lezcano negaron que formaran entre los dos un "talde" de información dentro de este comando, como les imputa el fiscal.

Según el escrito del Ministerio Público, el que fuera jefe de los comandos de ETA, Mikel Garikoitz Aspiazu, "Txeroki", detenido en Francia el pasado 17 de noviembre, dirigía las acciones de Lerín, que como miembro de este comando cometió "delitos y ataques contra intereses económicos en Guipúzcoa" y en la costa Mediterránea que se investigan en otros procedimientos.