"Es un auténtico lujo vivir aquí, pero falta lo más importante: la calle". Esta es la opinión de una gran parte de los vecinos de la calle Valeriano Pérez, una infraestructura inacabada que se encuentra frente a la iglesia del pueblo de Guamasa y que trae por el camino de la amargura a los residentes de un enclave tradicionalmente tranquilo.

Lo que aparentemente parece un lugar privilegiado, basta con entrar en la calle algo menos de 100 metros para darse cuenta de que carece de urbanización, una falta de obras que lastra el día a día de los ciudadanos que viven allí.

Tras la plataforma asfaltada el firme es de tierra y tiene grandes socavones y agujeros que hacen del terreno "un camino de cabras" y es fácil ver cómo los vecinos los sortean en zig-zag con sus coches.

Otra cuestión es cómo se pone la calle Valeriano Pérez cuando llueve. Ahí el charquerío es simplemente brutal y en ocasiones algunos de los residentes no pueden salir de sus viviendas andando. El agua, además, provoca zonas de barro importantes que impiden que cuestiones tan básicas "como tirar la basura en los contenedores o que llegar a la zona asfaltada para ir a la iglesia o a llevar a los niños al colegio (Santa Rosa de Lima), que se encuentra a 75 metros, sea una auténtica odisea. Le prometo que no estamos exagerando, porque hace un mes, cuando llovió copiosamente, fue imposible salir a pie de nuestras casas", señaló una de las vecinas.

"Es lamentable la situación por la que estamos pasando y creemos que el Ayuntamiento de La Laguna tiene algo que decir para poder urbanizar la calle", explicó otro de los consultados en una cafetería cercana, añadiendo que la solución, "a pesar de no ser nada sencilla, se tendría que buscar".

Esta última persona se refiere a la obligación del promotor de las viviendas de urbanizar la calle, algo que nunca realizó. En este sentido, fuentes de la corporación lagunera confirmaron que la responsabilidad de la ejecución de las obras de urbanización de la calle Valeriano Pérez corresponde íntegramente al promotor de las viviendas que allí se construyeron.

Apuntaron que la concesión de permisos de las obras estaba supeditada a la obligación de la urbanización de la infraestructura puesta en cuestión, un punto que nunca llegó a resolver de manera satisfactoria.

En cuanto a la situación de la calle aclara que ya la Gerencia de Urbanismo abrió en su momento un expediente y decretó el incumplimiento por parte del promotor de sus obligaciones de urbanización del espacio.

Explicaron que el mismo promotor acudió a los juzgados para que estos dictaminen sobre un problema que afecta a los vecinos y en estos momentos se está pendiente de que la justicia resuelva para seguir dando pasos para solucionar el problema vecinal creado.