Desde que tiene conocimiento está inmerso en el mundo de la mar. Su padre ya se dedicaba a ello en el antiguo muellito de Punta del Hidalgo y la necesidad de la familia hizo que Benedicto Ramos de León (Punta del Hidalgo, 1937), más conocido por Benedo en el pueblo, no fuera al colegio. En el seno de una familia humilde de seis hermanos (tres hembras y varones) todos tenían que contribuir y su padre, Pedro Ramos Alonso, lo puso desde pequeño a ayudarle en las tareas de la mar.

"No sé ni a qué edad comencé a trabajar, pero lo que sí tengo muy presente son las tareas que me mandaba mi padre. Sobre todo era coger carnada para pescar y arreglar artes de pesca. Era lo que había. La vida en aquella época era bastante dura", recordó.

Benedo no echa de menos esa vida: "No era una broma. La fuerza y la maña era fundamental para sacar los barcos, ya que solo existían los brazos y las velas para buscar el pescado. Imagínese lo que significa eso, pero era real como la vida misma. Tirábamos con los remos y la velita a Santa Cruz para pescar".

Entre bromas asegura que desde pequeño "siempre mareaba" y lo pasaba muy mal. "Mi padre me decía, venga, vamos al mar y una vez en el barco allí mismo me arrojaba. Yo sufrí bastante en la mar", algo que pudo superar a medida que pasaban los años dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

"Esa era la vida. Luego, sobre 1948, mi padre compró su primer motor. Fue el segundo de la zona, después de que Tomás "El Canario" comprara el primero. Pero lo tiene claro, la vida del pescador "es muy dura" y señaló que pasó muchas calamidades.

Benedo pone sobre la mesa cómo se vivía antes. "Mi madre, Candelaria de León García, iba con el pescado por todo el pueblo para venderlo, aunque principalmente lo cambiaba por papas u hortalizas e incluso por algo de carne, aunque también lo vendía. Había incluso para los más necesitados a los que les regalaba el pescado. Le digo que era una vida complicada. Nada que ver con lo que hay ahora", dijo.

"Yo tuve un barco más grande, uno de 11 metros, y me lo rompió el llamado mar del norte. Recuerdo que hablaban de ayudas, que si el Gobierno de Canarias libraría una, pero al final nada de nada. Ni ayuda, ni desguace... Lo perdí todo. Ese es el mar".

Cuestionado por si utilizaba las malas artes como la utilización de dinamita para conseguir pescado, Ramos rechazó esa idea, ya que "siempre utilicé el anzuelo para pescar y no otros métodos como la dinamita. Está claro que alguien la tiraba, pero no le puedo decir quién o quienes porque no lo sé. Eso se decía", señaló con una risita.

Los métodos de pesca ahora sí han cambiado y ya no se utiliza el anzuelo como antes, pero sí echan manos de las artes. "Tengo ocho hijos y ellos han vivido también de la pesca".

"Los barcos ahora trabajan con artes como palancres, nasas, trasmallo... Hay todavía quien utiliza el anzuelo, pero ya esto se está perdiendo porque la gran mayoría utiliza otras artes", señaló Benedo.

"Hay pescado y camarón, sobre todo en la época de verano. Siempre se coge algo, pero cada vez menos. Tengo dos nietos que han comprado un barco en Fuerteventura y viven de la pesca. Todavía da para vivir. Aquí en La Punta se coge de todo, no grandes cantidades", dijo sobre la situación actual.

Los jóvenes que están afiliados se echan a la mar y tienen como vivir. "El futuro es bueno, solo que hay que cuidar el entorno y es prioritaria la obra del refugio pesquero. Es fundamental que se haga porque los pescadores tendrán más seguridad a la hora de embarcar y desembarcar, sobre todo cuando es invierno. El futuro de los pescadores de La Punta es la ampliación de refugio. Esperemos que ya el próximo año esté terminado y por estas mismas fechas los chicos se echen a la mar en invierno y lo hagan con más seguridad", apuntó para concluir.