El nuevo aspecto que luce la avenida principal le da aires de barrio moderno. Y, en cierto modo, lo es. Aunque todavía reclama infraestructuras básicas.

Camino Tornero, cuyo nombre procede, según algunas fuentes, del trayecto que llevaba a la fuente de Tornero, ya desaparecida, ha ido creciendo con la misma convicción que han mantenido las distintas juntas vecinales que, desde los años 90, se reúnen en el local social, adquirido por los vecinos y cedido más tarde al Ayuntamiento.

Este ha sido, según el vicepresidente primero de la asociación de vecinos La Atalaya, Justo Reyes, uno de los secretos para que este barrio de La Laguna, que tiene un censo aproximado de 700 personas, haya dado grandes pasos hacia la modernidad. "Los proyectos se han defendido una junta tras otra, sin ponerlos en duda", asegura.

El último de ellos, el asfaltado de la calle principal, vía que sirve tanto para celebrar las fiestas del barrio en honor de Santa Rosa de Lima -la verdadera Virgen, ironizan, porque no tiene niño-, como para conectar esta zona con el centro de la ciudad.

La obra ha incluido el soterramiento de tuberías de agua -la que alimenta el depósito de Mesa Mota y otra de reserva- y en breve también de los cables de electricidad, un trabajo que eliminará del paisaje, de paso, las viejas torretas de hierro.

Pero aún faltan cosas. Desde hace años, los vecinos del barrio vienen demandando al consistorio que ahora preside Fernando Clavijo que adquiera los terrenos que hay enfrente del local social (fotografía que abre esta página) para construir en ellos equipamientos que consideran "básicos" para el barrio.

¿Cuáles? Una capilla, pues ahora las misas se celebran en el local social; una cancha de deporte, los tradicionales partidos de la fiesta entre solteros/as y casados/as se celebran en una huerta; aparcamientos públicos, que ahora escasean; y una plaza, para, entre otras cosas, no tener que celebrar los festejos en la calle.

"Hay un compromiso del alcalde para adquirir estos terrenos", asegura Justo Reyes, una parcela de unos 2.900 metros que pertenece a varios propietarios y que albergaría esos equipamientos.

Por cierto, unas tierras, de las pocas que aún se ven trabajadas para el cultivo en el barrio -unas han estado sembradas de cereales y otras de millo-.

Según confirma el coordinador del consejo de centros, Fermín Ramos, apenas un par de personas siguen viviendo del sector primario en Camino Tornero. Entre ellos, "Tonono" y Arsenio, dos ganaderos que aún conservan una pequeña cabaña de vacas.

"La mayor parte de los vecinos vive de otros trabajos. Y las tierras que se ven cuidadas son de personas que vienen los fines de semana", añade Ramos.