La Laguna cumplió ayer, 2 de diciembre, el decimotercer aniversario de su declaración por la Unesco como Bien Cultural Patrimonio de la Humanidad.

Más allá de la efeméride, que para el común de la gente puede pasar desapercibida, en el casco, en sus calles y edificios se respira el aroma de la historia y la certeza de que las piedras sí hablan.

Este reconocimiento tiene su razón de ser en el valor universal y excepcional que tuvo la concepción del plano urbano, que se erigió como el modelo de ciudad implantada por los españoles en las colonias americanas; es más, se trata del primer modelo de ciudad colonial no fortificada.

En su plano original se aplicó el proyecto de ciudad ideal, definido por el filósofo Platón, y el nuevo humanismo del Renacimiento.

La ciudad siguió el trazado geométrico de una rosa de los vientos, que se ordena desde un centro del que partían 8 radios o salidas en un perímetro circular, con una disposición de 30º. Las capillas exteriores (los dioses protectores que definió Platón), situadas también en otra circunferencia mayor, velaban por la ciudad.

Por medio de este plano, el Adelantado Alonso Fernández de Lugo quiso marcar sus directrices, establecer el orden político y asegurar una buena convivencia.

La Laguna no sigue, como es el caso de otras ciudades de la época, un trazado a cordel o damero de tal manera que sus calles son elementos autónomos por sí mismos que se organizan en diferentes direcciones de la trama urbana.

La Laguna representa un conjunto histórico arquetipo de la ciudad-territorio y, fundamentalmente, un precedente directo de las nuevas fundaciones que los conquistadores establecieron en el continente americano.

Su trazado es el resultado de un complejo proyecto, basado como se ha explicado en principios filosóficos y realizado gracias a los conocimientos que aportaron la navegación y la ciencia de su época.

Un plano original

Entre las razones que explican esta condición patrimonial destaca su plano original, que data del año 1500, y que ha permanecido intacto desde su creación; el hecho de que conserva en buen estado cerca de seiscientos edificios de arquitectura mudéjar y, asimismo, porque La Laguna también es un ejemplo vivo del intercambio de influencias entre la cultura europea y la sudamericana, con la que ha mantenido un vínculo constante.

Entre los actos programados destaca el itinerario teatral "La Laguna. Del quinqué a la luz eléctrica", que recorrió distintas calles del casco histórico con salida en la plaza de la Junta Suprema y alumbrando en su tránsito la época del siglo XIX y comienzos del XX.

También se programaron jornadas de puertas abiertas en inmuebles históricos, como el monasterio de Santa Catalina de Siena, la Casa de Ossuna y la Casa de los Capitanes Generales, junto al proyecto "¿Conoces La Laguna?", del Colectivo Ataman.

Ayer, las salvas recordaron la celebración del aniversario y para hoy, lunes, se ha programado en la ermita de San Miguel una charla sobre la intervención arqueológica, a partir de las 18:00.