La Vega lagunera encierra enclaves de gran belleza y alta calidad de vida que, como en el caso de Jardina, el núcleo que más se adentra y se acerca hacia el comienzo del monte de Las Mercedes, se verá a medio plazo claramente aumentada con una obra esperada y reclamada por los vecinos desde hace décadas. El techado del barranco de este coqueto barrio dará un giro a las prestaciones y comodidades de comunicación de los residentes y visitantes, ya que permitirá ampliar la vía principal y facilitar el acceso de la guagua escolar, ampliar los aparcamientos y evitar los atascos y problemas viarios actuales.

Esta actuación, financiada con 796.484 euros del segundo Plan E, solventará una de las reivindicaciones históricas de la asociación de vecinos Asunción de Jardina. Su presidente, Manuel Hernández Casanova, se muestra muy satisfecho por el inminente comienzo de los trabajos (se calcula que en las próximas semanas). Las obras se desarrollarán en unos 300 metros lineales del cauce y tienen un plazo de ejecución de nueve meses. La actuación solucionará también los problemas de saneamiento y alcantarillado que se han dado desde hace años, así como el doble sentido con suficiente espacio reclamado para tramos como el comprendido entre la iglesia y el restaurante El Rincón del Mago,

Punto de inflexión

La obra es tan importante que, según el dirigente vecinal, supondrá un punto de inflexión en la historia del enclave, que sigue marcado por la agricultura, las casas independientes de varias alturas y terrenos anexos, en los que destaca el cultivo de cereales, frutales y otras especies.

Sobre algunas de las viviendas, precisamente, pone el foco también la entidad vecinal, ya que se confía en que el nuevo Plan General del municipio regularice la situación de algunos inmuebles que se levantaron o ampliaron en su día sin los preceptivos permisos. Estas casas formarán parte de las 3.000 de suelo rústico que entrarán en un registro especial anunciado por el alcalde.

El nuevo ordenamiento también recogerá la cancha deportiva que, desde hace décadas, demandan los vecinos de Jardina. Aunque existe otro terreno alternativo junto al centro ciudadano, los residentes prefieren que el polideportivo se ubique junto a la iglesia.

Por lo demás, los vecinos apuestan por mantener este núcleo sin muchos más cambios en el nuevo PGO, garantizando así la conservación de su idiosincracia y sus esencias agrarias.

La entidad vecinal reclama, además, que se eliminen los postes y el amplio cableado que afea el barrio. Su presidente ironiza y asegura que, de no corregirse esta situación, "algún día celebraremos la fiesta del palo y el cable". A su juicio, un paraje con tanto suelo protegido y de esta belleza no se merece esta estampa.

La creación de la instalación deportiva se aprovechará también, o eso pretende la asociación de vecinos, para que se habilite un espacio mayor para eventos socioculturales y para reubicar el parque infantil. En la actualidad, los vecinos se contentan con un pequeño escenario y una reducida área para el público junto a la iglesia, mientras que, en frente, el no menos grande parque de ocio para niños presenta pocos módulos y un hueco peligroso en uno de los elementos lúdicos.

Algunos residentes consultados por este periódico también reclaman mejoras en el asfaltado de diversas vías y una línea adecuada de ADSL.

Una vez terminado el techado del barranco y satisfechas otras demandas, Jardina afrontará el futuro con mejores perspectivas, respetando su pasado.