La ciudad posee un escudo de armas concedido por Juana la Loca en 1510 a la entonces Villa de San Cristóbal de La Laguna (hoy Muy Noble, Leal, Fiel y de Ilustre Historia Ciudad de San Cristóbal de La Laguna), entonces capital de la isla de Tenerife, razón por la cual el escudo de la Isla coincide con el de la ciudad. Le fue concedido el 23 de marzo de 1510.

En él se representa la isla de Tenerife como un volcán en erupción sobre el mar. Sobre ella, en el cantón izquierdo del jefe (arriba a la derecha, visto de frente, lo que sería la izquierda del escudo) San Miguel, jefe de las milicias angelicales y patrón de los ejércitos, y acostados a la isla de Tenerife, al lado izquierdo bajo San Miguel, Castilla y al lado derecho el León, símbolos de la Corona. Timbrado de la Corona de los Trastámara. El escudo está rodeado de la divisa latina "Michael Arcángel veni in adjutorium populo dei. Thenerife me fecit" ("Miguel Arcángel acudió en ayuda del pueblo de Dios. Tenerife me hizo.") en el blasón rojo.

En la actualidad, si bien la heráldica de la ciudad no ha cambiado, el ayuntamiento (desde que gobierna Coalición Canaria) utiliza una imagen corporativa diferente. Desde la declaración de Patrimonio de la Humanidad es un logotipo moderno en púrpura y blanco (los colores tradicionales de la Ciudad) inspirado en la rosa de los vientos, con la que, según cuenta la Historia, el Adelantado Alonso Fernández de Lugo trazó las primeras calles de la ciudad. Inmediatamente antes, se utilizaba otro logotipo (con los mismos colores) en referencia al V Centenario de la fundación de la Ciudad.

El escudo insular de Tenerife es igual, salvo por la leyenda, que ha sido reducida a "Thenerife me fecit" (la divisa del Adelantado Alonso Fernández de Lugo) y unas hojas de palma bajo el escudo.

A San Miguel se le considera como señor del espacio y el príncipe de los seres alados que, al igual que Hermes, es mensajero entre la divinidad y el hombre. Su culto, muchas de las veces, ha venido asociado a la idea de guardián de un lugar indestructible en sí mismo y, lo que es más importante, por su naturaleza espiritual no sólo se restringe su presencia a un altar concreto, sino que se ve proyectada a todo un lugar: ciudades, villas, pueblos, suburbios, promontorios, etc. La marca de su poder excepcional: "Quis sicut Deus", explica la particular estima que le tuvieron los grandes de este mundo.

Los estudiosos interpretan que "se establece, pues, una invocación al Arcángel pidiéndole su ayuda para aquel pueblo que recientemente había sido sometido a la curia romana. El texto de la Real Cédula es esclarecedor en este punto: "Por la gracia de Dios ... fue poblada de cristianos..." El reclamo que se establece al Arcángel, príncipe de la milicia celestial y, por analogía, de la terrena, ha quedado evidenciado a través de esta inscripción latina, subrayándose así la significación triunfal de una victoria no sólo religiosa sino también política. No eligieron al clásico San Miguel batiendo al dragón. No eligieron al conocido San Miguel portador de la balanza. Eligieron, en este caso, al abanderado de Dios, pertrechado con armadura empavonada portando con su mano diestra una lanza acabada en banderín, en tanto que la siniestra sustenta un escudo oval. Sus alas desplegadas nos recuerdan su naturaleza espiritual y protectora."

Puestos en contacto con la concejal de Cultura, Julia Dorta, informó de que el 23 de marzo, día en que se cumplen los cinco siglos de historia del escudo, se harán reproducciones en pergamino para entregar en actos protocolarios y difundir la historia de dicho emblema por los centros ciudadanos y colegios.

Pero haría falta algo más, como un acto oficial en el Ayuntamiento de La Laguna donde se proclame la importancia del escudo o una semana dedicada a dicha insignia que encierra la historia de La Laguna, ya que 500 años de historia se merecen mucho más solemnidad. Además se podría realizar una actividad conjunta en todos los colegios.