Miguel González Suárez es un prestigioso maestro dorador en pan de oro, discípulo de César Fernández Molina, cuyo taller estuvo en el pasado frente al colegio Nava La Salle, en la calle de La Carrera.

A los 50 años de tallar la madera y luego pegar en la misma, con la suavidad de sus manos, las finas láminas de oro semejantes a las alas de una mariposa de delicadas, Miguel González Suárez combina su trabajo con una ilusión: "Me gustaría que el Ayuntamiento de La Laguna abriera en una casa antigua del casco de la ciudad una escuela taller que no sólo sería un atractivo para el turismo, sino que vería trabajando a los últimos artesanos laguneros y enseñaríamos nuestras profesiones a jóvenes, para irnos un día feliz de este mundo, sabiendo de que otros seguirán haciendo unas labores que son de gran importancia para el patrimonio lagunero".

Esta idea del dorador de pan de oro Miguel González la apoyan otras personas como el laureado orfebre Juan Ángel González García y el restaurador de muebles José David Torres González, quienes utilizan unas técnicas y unas herramientas de gran antigüedad y que de no contar con apoyos, con ellos se irán unos oficios que tuvieron gran importancia en el pasado lagunero, como es el caso, por ejemplo, de la calle de los Herradores, donde estaba dicho gremio.

Miguel González Suárez explicó su secreto mejor, guardado que es cómo dora una obra de arte de madera. Así lo explicó en primicia para EL DÍA: "Primero le doy a la pieza tallada una imprimación de cola de res. Acto seguido aplico unas siete manos de cola de conejo mezclado con sulfato de cal. Después lijo, dibujo el ornato a dorar y doy unas seis manos de bol, que es una especie de arcilla especial. Nuevamente pulo la obra, y acto seguido pego las pequeñas y delicadas láminas de oro, para finalmente, con un gruñidor antiguo con la punta de ágata, sacar brillo al pan de oro".

La obra del artista

La obra de Miguel González Suárez es muy amplia, pero citamos algunos trabajos como el dorado del trono del Nazareno; la canastilla del Señor de la Burrita; un retablo de la iglesia de Las Mercedes y parte del sarcófago de Sor María de Jesús, la monja incorrupta del convento de Santa Catalina. Todo en La Laguna. También doró los marcos de la colección de Espinosa de los Monteros de la iglesia de San Marcos de Icod de los Vinos y el sagrario de la iglesia de Las Nieves de Taganana.

En La Palma es muy querido y valorado, por lo cual ha dorado en pan de oro el retablo de la iglesia de Los Remedios de Los Llanos, y el retablo de la iglesia de la Virgen de las Angustias, las andas del Corpus Chiristi y el cirio pascual de la parroquia de Los Remedios.

Cuando Miguel González Suárez vende una obra siente interiormente como si perdiera algo, pero después de superar ese momento le dice siempre al cliente que cuide mucho el elemento dorado porque si lo hace tiene una garantía de hasta tres siglos.