Rafaela del Rosario Rodríguez Calero, embarazada de 41 años que reclama una casa en La Laguna, decidió en la tarde noche del pasado miércoles suspender su protesta en la puerta principal del ayuntamiento en la calle La Carrera tras ser informada, según su versión, de que la Empresa Municipal de la Vivienda (Muvisa) le entregará a finales del próximo mes de noviembre un prefabricado en la zona de Geneto, según relató ayer a EL DÍA. El gobierno local (CC) optó ayer, sin embargo, por mantener su absoluto silencio sobre este caso, si bien algunas fuentes no pudieron disimular el pasado martes su malestar por el uso político que le achacaban al Grupo Socialista.

La afectada indicó ayer a este periódico que aún espera que le confirmen la entrega de ese prefabricado en Geneto por escrito, ya que, de lo contrario, se plantea retomar la protesta "porque me han engañado muchas veces y me han mandado de un sitio a otro sin que me resuelvan nada en el pasado".

El pasado martes y según reflejó EL DÍA en su portada y páginas interiores, Rafaela comenzó una protesta por fuera del consistorio cansada, según sus palabras, del trato que había recibido hasta entonces por parte de la edil del área social y Vivienda, Blanca Pérez, así como del propio alcalde. Según su versión, su avanzado estado de embarazo (8 meses) le impedía ya seguir trabajando limpiando casas, mientras que su actual pareja y padre de su futuro hijo era de procedencia marroquí, apenas cobraba 140 euros de paro tras perder el trabajo y, además, también perdió la condición de inmigrante legal "por un error de una trabajadora del consistorio". Con todo, y debido al supuesto ninguneo del gobierno local, decidió protestar para reclamar una casa social o un prefabricado porque ya no podía asumir el coste de su alquiler (404 euros), casa en la que le habían cortado el agua y la luz.

No obstante, y según lo que le dijeron desde Muvisa, ahora hará un esfuerzo para mantenerse en esa vivienda hasta que, a finales de noviembre, le entreguen el citado prefabricado. Como anunció el pasado martes a la prensa con lágrimas y voz entrecortada mientras relataba su situación, esa noche la pasó en una caseta por fuera del consistorio, al tiempo que su compañero dormía a la intemperie a su lado. Al día siguiente, y casi antes de que anocheciera, decidió suspender su protesta por lo indicado desde Muvisa, que ayer CC no quiso desmentir ni confirmar. Hasta ahora, Rafaela sólo ha alabado el apoyo recibido por parte de Cruz Roja, Cáritas y PSC.