Hace 12 años, el propietario de una granja del camino de La Villa la cerró y dejó dentro a más de 5.000 pollos sin agua ni comida, cometiendo, según el concejal Plácido Mejías, "el maltrato de animales más cruel del que tenga noticia y que sale fuera de lo común".

La noticia ha permanecido tanto tiempo oculta debido principalmente a que el edificio se encuentra al final del camino de La Villa, retirado de viviendas y a unos 100 metros de la pista del aeropuerto de Los Rodeos, en la zona donde se ha levantado la nueva torre de control.

El concejal del Ayuntamiento de La Laguna, Plácido Mejías, dijo a EL DÍA "que, nada más conocer los hechos, al ver una foto colgada en internet, enviamos a los servicios de Sanidad, quienes informaron de que, por el tiempo transcurrido, no hay problemas de infección. El informe añade que son peor los orines y heces fecales de las personas que duermen en la granja abandonada".

Los vecinos dicen que la granja tenía su propietario y que se encargaba de su cuidado un señor mayor, el cual al morir propició que el negocio no prosperara y fuera abandonado.

Esta historia no tiene mucha consistencia, ya que las grandes dimensiones de la granja y el estar mecanizados sus diferentes servicios, como la recogida de huevos, el transporte de pollos o hacer llegar a las jaulas la comida y el agua es una labor que muchos opinan que debía de estar a cargo de más de una persona.

El Ayuntamiento de La Laguna sabe que la granja es de una sociedad limitada y que tiene más negocios. Plácido Mejías mandó a cerrar la granja a la Policía Ecológica de La Laguna. "Lo que haremos ahora -aseguró- es pedir permiso al juez por tratarse de una propiedad privada y luego proceder a limpiar el edificio y a tapiar todos sus huecos".

Lo extraño de esta historia y las dos preguntas a la que nadie ha dado todavía respuestas están relacionadod con saber qué pasó hace 12 años en esta granja: "¿El propietario vio que el negocio no le era rentable y lo abandonó? ¿Se produciría una grave enfermedad y prefirió abandonarlos a la suerte de Dios para no contaminarse? Para ambas situaciones, muchos son los que hace la pregunta clave: "¿Qué clase de persona es aquella que cierra una granja y deja que, por falta de comida y agua, mueran en lenta agonía los pollos" "A una persona así la Justicia debería de darle un escarmiento".

Aunque sólo este referido a uno o dos animales como perros o gatos, existen ya precedentes en España de que Justicia haya condenado con prisión y una multa elevada el maltrato a los animales y peor aún propiciar su muerte.

Al entrar en la granja, El DÍA fue testigo ayer de la macabra estampa que se presenta dentro. En un primer momento lo único que se ven son esqueletos de los pollos dentro de las jaulas, otros que quedaron atrapados entre las rejas al intentar buscar una salida apara poder afrontar el hambre y muchos restos en el suelo de los que tuvieron más fortuna al escapar, pero que igualmente murieron de hambre al estar cerrada la puerta.

La granja la forman tres corredores de hierro con 340 jaulas cada uno, lo que hace un total de 1.020 jaulas, que a una media de 5 por cada una, albergaría más de 5.000 pollos. En una de ellas, este periódico descubrió la imagen más impactante, tres pollitos que quedaron "momificados".