Raúl Llorente prefiere verse en la situación de tener que ganarse el puesto a pulso. Nada de presencias gratuitas en las alineaciones. Por eso le motiva el desafío de recuperar su lugar en el "once" después de ni siquiera ser convocado la pasada jornada. El madrileño acepta con deportividad el desafío de quitarle a Jesús Álvaro -el otro lateral izquierdo de la plantilla- el sitio que ocupó en las dos últimas jornadas, la primera de ellas por la sanción que lo mandó a la grada.

El exjugador del Xerez es partidario de que en los equipos exista "una rivalidad sana" entre los futbolistas, como considera que pasa con Jesús. "En el momento en que no sea así, me iré a Madrid y dejaré de jugar al fútbol. Un profesional que diga que le da igual estar en el banquillo o en la grada, deja de ser futbolista", sostiene.

La experiencia le ha enseñado que si un jugador deja de intervenir en los partidos, "no tiene que buscar culpables, sino pensar qué ha hecho mal". En su caso, Raúl reconoce que ha tratado de descubrir el motivo que animó a Álvaro Cervera a no incluirlo el pasado sábado en la lista de convocados para el partido con el Getafe B. Las conclusiones se las guarda, pero sí advierte que se esforzará en "corregir" los posibles fallos. "Somos mayorcitos y ya sabemos qué errores cometemos".

¿Pudo influir en la elección del entrenador que Llorente ha sido expulsado dos veces en once jornadas? El protagonista no lo niega. "Quizás fue por las tarjetas rojas, pero también porque Jesús lo hizo fenomenal cuando entró", indica el defensa, convencido de que "si un compañero te sustituye y lo hace bien, te tienes que aguantar, respetar las decisiones y entrenar duro para procurar volver al puesto".

En definitiva, Llorente confía en reaparecer este domingo en un partido que, a su juicio, se parecerá al anterior. "El Coruxo es como el Getafe B, un rival muy peleón, agresivo y que se mete atrás. Encima tiene gente más experimentada y su campo es pequeño".