El 5 de julio, pocos días después de la finalización de su contrato, Víctor Bravo recibía la inesperada noticia de su descarte. Quique Medina le hacía llegar a través de su representante, Luis Alonso, que podía buscarse equipo. Que no renovaría en el Tenerife. El propio director deportivo explicaba a EL DÍA tres días más tarde la razón de esta decisión: "Valoramos con el entrenador este caso y él quiere otro perfil de mediocentro", decía. Transcurrido el tiempo, las cosas han cambiado.

El futbolista zaragozano, que llegó a la Isla como interior izquierdo y al que situó como pivote precisamente Quique Medina, no acertaba a ir más allá de mostrar su "tristeza" al enterarse de que no continuaría vistiendo la camiseta blanquiazul. "Hay algunos entrenadores que te quieren y otros que no, y hay que asumirlo y acatarlo", resumía entonces. En su intervención, explicó incluso cómo se produjo la comunicación de su salida: "Quique no se puso en contacto conmigo en ningún momento. Habló con mi representante y le dijo que estaba contento con mi rendimiento y que le gustaba como jugador, pero que el nuevo entrenador quería otro perfil distinto al mío y que necesitaba un jugador diferente", aseguró entonces.

La afición no entendió muy bien que Víctor Bravo no recibiera una oferta de renovación, lo que no sorprendió al director deportivo. "Con él quedaron tan buenas sensaciones por el resultado que dio en su adaptación al puesto de mediocentro. Por eso a la gente le ha extrañado que no siga", admitía Quique Medina quien había terminado la temporada "contento con su trabajo".

Se iniciaron entonces las gestiones para buscar un sustituto en el puesto de organizador para el centro del campo. Jorge Luque, jugador del Elche CF, pasó a convertirse en el objetivo prioritario para esa demarcación. Su club le había pedido que se buscara equipo y las ofertas no tardaron en llamar a su puerta. Córdoba, Cartagena y Tenerife (sobre todo los dos últimos) eran los candidatos. Pero su alta ficha (230.000 euros) dificultaron cualquier acuerdo. Mientras, por Bravo se interesaron Lugo, Oviedo y el mismo Cartagena, además de algunos conjuntos chipriotas. El jugador aragonés no terminó de decidirse.

Ahora, con Luque muy cerca de comprometerse con la escuadra murciana, Quique Medina ha dado un giro de 360 grados para regresar al punto de partida: Víctor Bravo, mediocentro. En poco más de 24 horas se produjo el acuerdo entre las partes, algo que el propio futbolista negó en la noche del lunes para evitar que la operación quedara truncada a última hora. Su llegada a la Isla, prevista para mañana, supondrá el final de un viaje de ida y vuelta. Un rocambolesco giro de los acontecimientos, ya sea por la falta de opciones en el mercado o por un cambio de criterio del entrenador. Un viaje para el que no hacían falta estas alforjas.