Los tradicionales taxis negros londinenses, un cañón humano, la Torre de Londres, un carnaval y una constelación de estrellas de la música, como George Michael o The Rolling Stones, fueron algunas de las sorpresas de la ceremonia de clausura de los Juegos en el Estadio Olímpico.

El primero arrancó en la "hora punta" londinense, cuando el estadio se llenó de taxis, motocicletas, bicis y urbanitas apresurados en un decorado en el que se erigieron algunos de los hitos arquitectónicos más representativos.

A los "sufridos" londinenses les ayudarán a sobrellevar con humor los inconvenientes circulatorios las actuaciones de la Spice Girls, reunidas para la ocasión, y de Ray Davis, quien interpretará el tema "Waterloo Sunset", su declaración de amor hacia esta ciudad.

Aparecieron después dos escenarios, uno para los músicos y otro más grande en el centro del estadio, desde donde se leyeron fragmentos de obras de William Shakespeare, Charles Dickens y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Este acto finalizó con la llegada en un gran barco de la cantante Annie Lennox, cuya actuación dio paso a un "circo de Rock&Roll", un homenaje a la música y cultura popular británica.

En torno a un enorme pulpo inflado, se condujo un Rolls-Royce a ritmo de "rap", el humorista Russell Brand se atrevió con uno de los clásicos "punk" de The Sex Pistols subido a un autobús multicolor y, mientras volaba un cañón humano y una monja patina, Eric Idle, de los Monty Pithon, recordó que hay que mirar "siempre el lado bueno de la vida".

El segundo acto comenzóá con la marcha de los atletas, con todos los abanderados de las 204 delegaciones participantes desfilando juntos "como una sola nación", y la entrada en el estadio de las banderas de Grecia, el Reino Unido como país anfitrión y Brasil como próxima sede.

La entrada de los deportistas estuvo acompañada por la música de Elbow, de la Orquesta Sinfónica de Londres y del grupo de pop alternativo Muse, que interpretó "Survival", el himno oficial de estos Juegos. A partir de ahí, una catarata de éxitos de la música británica de los últimos 50 años.

El cierre en el tercer acto se hizo con un "adiós a Londres, hola Río", representado con la subida de las banderas del Reino Unido, Brasil y Grecia y la entrega del testigo olímpico al alcalde de Río, Eduardo Paes. Antes de extinguir la llama del pebetero, el estadio se transformó en un gran carnaval, al que pusieron notas de autenticidad brasileña el director de cine Cao Hamburger, los cantantes de samba Marisa Monte y Seu Jorge, el cantautor BNegão y la modelo Alessandra Ambrosio.