Con la Ponferradina subió un tiner-feño a Segunda División A, Acorán Barrera, aquel canterano que debutó con el Tenerife en Primera en la Liga 2001/02 bajo la supervisión de Pepe Mel. El delantero de Valleseco tenía cosas que decir después del triunfo de su equipo en la que fue su casa, el Heliodoro.

¿Qué tal se siente después de terminar con éxito la temporada?

Es como si me hubiera quitado un peso de encima, porque acabó to-do. Lo bueno es que salió bien y que conseguimos el objetivo.

¿Cómo vivió las dos semanas del "play-off" con el Tenerife?

Fueron muy intensas por los preparativos y también por lo que nos íbamos a jugar. Fue una eliminatoria muy bonita y especial para mí por el rival que nos había tocado: el equipo en el que me formé y en el que tanto tiempo pasé, así que tuve sentimientos encontrados.

¿Habría preferido no enfrentarse al Tenerife en el "play-off"?

Dije desde un principio que no era lo que quería, porque así lo he sentido en todo momento. El Tenerife es el club de mi tierra y también quería verlo en Segunda A, junto a la Ponferradina, pero con esta eliminatoria eso era algo imposible.

Y mire que Pedro Cordero intentó llevarlo a su proyecto...

Sí, al comienzo de temporada lo intentó y hubo algún contacto, pero tenía contrato con la Ponferradina.

Se nota que en la Ponferradina valoran mucho a Acorán...

Estoy supercontento en la Ponferradina. Cuando me ficharon en el mercado de invierno de 2011 y también después del descenso del equipo a Segunda División B me han valorado y me han querido.

Este ascenso debe ser lo más grande que le ha pasado, junto con el debut en Primera con el uniforme del Tenerife...

En las últimas horas he reflexionado sobre este tema, he pensado en todo lo que he vivido. Mi debut en Primera quedó en una anécdota. Este ascenso con la Ponferradina ha sido más bonito por lo mucho que costó conseguirlo y por lo que supone.

¿Y no se ha acordado también de su peregrinaje por tantos clubes has-ta llegar al momento actual?

Gracias a Dios tuve la suerte de que todo salió bien esta campaña después de tantos años buscándome la vida por distintos clubes. Al fin he llegado a un momento de alegría plena, de esos que se viven tan pocas veces en el fútbol.

Y durante ese tránsito por Corralejo, Universidad, Celta B, Melilla y otros tantos clubes, ¿llegó a pensar que su carrera profesional se iba a atascar?

No, nunca bajé los brazos porque siempre tuve claro que el fútbol no se iba a terminar ni en Tenerife ni en ningún otro sitio. Es cierto que el camino que he recorrido no ha sido fácil, pero en todo momento quise seguir luchando y el año pasado me llegó la oportunidad de fichar por la Ponferradina.

Hablando de la final, ¿le quedó la sensación de que la Ponferradina fue justa ganadora?

Desde dentro sí me lo pareció. El Tenerife es un gran equipo y tuvo sus opciones, pero considero que la Ponferradina realizó dos buenos partidos, creó más ocasiones de gol y, en suma, fue mejor en el global de la eliminatoria.

¿Esperaban un desarrollo de partido como se dio el domingo en el Heliodoro, con la Ponferradina llevando la iniciativa?

Nosotros teníamos claro que no íbamos a encerrarnos atrás, porque es una estrategia que habría ido en nuestra contra, aunque admito que sí esperaba que el Tenerife saliera al campo a por nosotros, a dar un arreón de entrada. Pero hay que tener en cuenta que el Tenerife también debía tener cuidado con no encajar ningún gol. No se podía despistar en ninguna acción ni dejarnos jugar al contragolpe.

¿Tuvieron la impresión de tener el partido siempre controlado?

A lo mejor eso fue lo que pareció, pero, en cualquier caso, fue por el trabajo que hicimos. En realidad no nos relajamos en ningún momento, porque teníamos un gran rival delante, un adversario con gente peligrosa. Quisimos ir siempre a por el partido y nos fue bien.

¿Cree que acertó el árbitro al castigar con penalti su caída dentro del área del Tenerife?

Pienso que en la señalización del penalti sí acertó, pero no estoy de acuerdo con la tarjeta roja directa que le mostró a Kitoko. En esa jugada hice una pared con Yuri y cuando me devolvió el balón alguien me arrolló por detrás. El penalti fue bastante claro, pero la expulsión me pareció desmedida.

En Tenerife no gustó el arbitraje.

Es normal que los jugadores estén descontentos por cómo transcurrió el partido y por esa injusta tarjeta roja, pero pienso que el árbitro estuvo correcto. No se achicó en ningún momento y pitó bien.

¿Le impresionó el ambiente?

Sabíamos que iba a acudir bastante público al estadio y que el recibimiento a los dos equipos iba a ser espectacular. A un futbolista siempre le gusta competir en un campo así, aunque seas visitante.

Volvía a su casa, tenía a su familia en la grada... ¿Qué sensaciones tuvo en el césped?

Uno intenta abstraerse de todo eso en el campo, pero también tienes en la mente que toda tu familia está en la grada viéndote jugar. Sin duda fue un partido muy especial, con un punto extra de motivación en mi caso por muchas razones.

¿Le dolió que un amplio sector del público le despidiera con silbidos cuando fue sustituido?

En parte sí, porque el Tenerife es el club en el que me crié y vestí esa camiseta, pero tampoco quiero darle más vueltas. En ese momento la gente lo vio así y reaccionó de esa manera, pero deben entender que ahora me debo a otro equipo.

¿Ocurrió algo más?

Al terminar el partido, me estaban entrevistando por fuera del Heliodoro y alguien se acercó para insultarme, así que preferí entrar de nuevo al estadio por si acaso.

¿Se comentó mucho durante el viaje de vuelta la agresión a la hija del presidente de la Ponferradina? ¿La afición del Tenerife quedó en un mal lugar?

Me duele decirlo, porque soy tinerfeño, pero no dimos una buena imagen. Estando en el vestuario hablé con mi esposa por teléfono y me contó lo que había pasado con la hija del presidente, que estaba en una ambulancia porque la habían golpeado con una piedra en la cabeza. Es algo que no deja al tinerfeñismo en buen lugar. No hay que olvidar que el fútbol es un deporte, un juego, y es importante saber ganar y perder. Lo que ocurrió después del partido está de más y no da una buena imagen en el exterior de la Isla.