celta 0

córdoba 0

CeltaSergio; Hugo Mallo, Oier Sanjurjo, Túñez, Roberto Lago; Álex López, Borja Oubiña; Quique de Lucas, Bermejo (David Rodríguez, 86''), Orellana (Joan Tomás, 69'') y Iago Aspas (Natxo Insa, 75'').

CórdobaAlberto; Fernández, Tena, Ximo Navarro (Alberto Aguilar, 23''), Fuentes; López Garai, Caballero (Vico, 55''); Borja (Airam, 64''), López Silva, Dubardier y Patiño.

ÁrbitroHernández Hernández (Colegio Las Palmas).

IncidenciasPartido disputado en el municipal de Balaídos. Lleno total.

El Celta de Vigo certificó su regreso a la máxima categoría del fútbol español cinco años después de su caída al "infierno" de Segunda, tras firmar un empate sin goles ante el Córdoba en un partido sin historia, ya que ninguno quiso atacar durante los noventa minutos de juego.

Si hubo acuerdo o no para que el choque terminase en tablas solo lo podrán decir los involucrados, pero la verdad es que el pacto de agresión entre ambos quedó más que evidente. El Córdoba apenas pasó del centro del campo y los celestes, a pesar de que habían dicho que saldrían a por la victoria, también renunciaron al ataque.

De ese "pacto amistoso" rápidamente se percataron los más de 30.000 aficionados celestes que abarrotaron el viejo estadio de Balaídos. El partido no tenía ningún interés y la fiesta estaba en la grada, donde los seguidores vigueses se acordaron constantemente del entrenador del Real Valladolid, Miroslav Djukic.

La única aproximación al área rival llegó en el minuto 26. Quique de Lucas entró por la banda derecha, levantó la cabeza como si buscase a algún compañero entre los defensas del Córdoba, pero allí, al borde del área, solo estaba Mario Bermejo. El veterano delantero ni hizo el amago de pelear por el balón.

No cambió el guión

En la segunda parte, el guión se mantuvo. Mucho toque en el centro del campo del Córdoba y escasa presión de los locales. Los aficionados celestes, desatados por la euforia, ovacionaron a los jugadores visitantes que fueron sustituidos durante el encuentro por su técnico Paco Jémez.

Cuando el colegiado pitó el final, los jugadores del Celta formaron una piña en el centro del campo, mientras los del Córdoba hacían otra en la otra parte del terreno de juego. El empate satisfacía a ambos conjunto, quedó más que claro que los dos lograron sus objetivos en un partido que no pasará a la historia por el juego desplegado por ambos equipos.