Tenerife y Badalona ya se conocen. Hace 47 años, cuando ambos equipos militaban en Segunda División, separados en grupos distintos, el sorteo de la Copa les emparejó en la primera eliminatoria. Como no hubo vencedor ni en la ida ni en la vuelta, sin que entonces se acudiera a una prórroga para resolver la igualdad, se hizo necesario el montaje de un tercer partido, en campo neutral, para romper aquella situación. Pero ni así hubo manera y se hizo necesario un segundo desempate, resuelto a su favor por el Tenerife.

Cuatro meses transcurrieron entre los partidos de ida y vuelta, celebrados el 15 de noviembre de 1964 y el 14 de marzo de 1965, en Santa Cruz y Badalona, respectivamente. Cuando se jugó el primero, al Tenerife lo entrenaba Satur Grech, quien fue destituido en sus funciones a comienzos del mes de febrero, siendo reemplazado por Santiago Villar.

En medio de un ambiente crispado, con los locales inmersos en zona de descenso, el conjunto catalán pescó en río revuelto cuando hizo su presentación en el Heliodoro Rodríguez. De nada sirvió que José Juan pusiera a su equipo dos veces por delante, enjugadas en otras tantas ocasiones por el Badalona, que luego tampoco fue capaz de imponerse en su campo de la Avenida de Navarra, donde no se movió el marcador.

Aunque los rectores costeños quisieron que el encuentro de desempate se celebrara en Sarriá, el estadio del Español, la negativa del representativo obligó a intervenir a la Federación Española de Fútbol. Su decisión fue que se disputase en Madrid, en el estadio de Vallecas, donde Tenerife y Badalona volvieron a encontrarse el 1 de abril.

A los 26 minutos, José Juan adelantó al equipo insular y parecía encarrilar la eliminatoria. Pero resultó un espejismo: sólo doce después empató Julito, que en la misma jugada agredió a Gómez, guardameta tinerfeñista. La expulsión del delantero tendría una trascendencia especial, no sólo en aquel choque, que acabó con un tercer empate (2-2). Cinco días más tarde, otra vez en Vallecas, el Badalona tuvo que salir en inferioridad, debido a que el partido se entendía como continuación del anterior. Fue entonces cuando el Tenerife adquirió ventaja definitiva (4-0), con goles de Lorenzo, José Juan y Erasto, éste en dos oportunidades.