A LOS fotingos les sucede casi lo mismo que a las personas con sus vidas, pero en el caso de los primeros, puesto que son mudos los testigos de su acontecer, no nos queda más remedio que recurrir a las hemerotecas para "hacerlos hablar", ya que sus datos oficiales sí que están perfectamente detallados en los archivos oficiales que para ello existen, pero no sus vivencias callejeras.

Al igual que las personas, que unas han adquirido más fama que otras y que a ninguna el destino les ha deparado más o menos la misma dicha, nos encontramos que en el mundo del motor esta circunstancia se da en igual proporción.

La historia que vamos a relatar en el artículo de EL DÍA de esta semana nos da la impresión de que las moiras del destino se ensañaron con ellos, mas así es el destino. Nuestro primer protagonista inicia su andadura el día 10 de octubre de 1931, fecha en que se da de alta y se le asignan las placas de TF-4302 a un Ford. El primer y más grave encontronazo con el destino de este TF-4302 se produce el día 26 de enero de 1935, y tras un ajetreado trabajo y cuando más se merecía el descanso, la mala suerte se cierne sobre el mismo. Ese día, a las tres y media de la madrugada, se declara un voraz incendio en el garaje sito en la calle Briones, de La Laguna. La alarma la dio un vecino, quien manifestó que el resplandor de las llamas lo despertó. Las campanas de la catedral tocaron a fuego, por lo que muchos vecinos acudieron al lugar del siniestro y se organizaron inmediatamente los trabajos de extinción. Nuestro TF-4302, que se disponía a pasar la noche allí tranquilamente, terminó calcinado, y su propietario y chófer, José González Flores, con un enorme disgusto por la pérdida habida. O bien el destino, en esta ocasión, fue incapaz de vencer la tenacidad del Ford TF-4302, o el valor que en esos años representaba para cualquier propietario un útil fotingo, lo cierto es que, a pesar de los pesares, este ejemplar continuó de pie, ya que el día 25 de junio de 1949 es convertido en camioneta, versión ya con la que desaparecería definitivamente de la circulación.

Nuestra segunda historia tiene un desenlace más trágico, pero antes digamos los datos del "protagonista". Se trata de un Ford sedán de 10 hp, dado de alta el día 27 de marzo de 1935 a nombre del Dr. Tomás Zerolo Fuentes. Tras una plácida vida, esta se vio truncada el día 9 de septiembre de 1939, y la noticia que daba el vespertino "La Tarde" del día 12 del mismo mes decía literalmente esto: "El sábado último a las tres de la tarde, ocurrió en la Avda. de Bélgica un accidente de circulación, resultando herido de gravedad por el automóvil 5676 el anciano de sesenta años de edad Cándido Pérez Negrín, domiciliado en Vistabella, que se encontraba transportando piedras con destino a una casa en construcción. Conducido a la Casa de Socorro, el facultativo de guardia don Bernabé García, auxiliado por el practicante de servicio don José Ballesteros, le apreció herida abierta con fractura de tibia y peroné en el tercio interior de la pierna derecha.

En vista de la gravedad de su estado se procedió a la amputación de la misma por su tercio medio, previa anestesia general. Después de asistido, pasó al Hospital Civil".

Hasta aquí la historia diferente de dos fotingos y con el común denominador de su marca, pero que con el paso de los años las moiras de los mismos los unió, ya que en la actualidad ninguno de ellos existe y ambos terminaron sus años en la chatarra.