Nunca había tenido que estar tanto tiempo sin jugar por culpa de una lesión. El lunes cumplirá un mes desde que sufrió una rotura del aductor de la pierna derecha. Y todavía le queda. Al menos, tres semanas más antes de estar disponible para el entrenador. En la mitad del camino, Ritchie Kitoko sostiene que "ya pasó lo peor" y se anima al comprobar que no ha sentido dolor al empezar a correr. "Las sensaciones son positivas, algo que no esperaba", cuenta tras su segunda sesión de trote en el césped de El Mundialito.

Con este notable avance en el proceso de recuperación que está desarrollando, el centrocampista confía en recibir una buena noticia más la semana que viene, cuando le realicen las pruebas destinadas a comprobar si la rotura muscular ha cicatrizado. "Así sabré con más exactitud el tiempo que me queda de baja, aunque el fisioterapeuta ya me ha advertido que me falta bastante", explica Kitoko sin querer ponerse ningún plazo. "Ni siquiera he mirado el calendario para ver en qué partido podría jugar de nuevo, porque si después no llego a esa fecha me sentiré decepcionado", afirma resignado a tener que esperar un par de semanas más antes de entrar en contacto con el balón.

Lejos de caer en la ansiedad, Ritchie tiene claro que lo primordial es tener paciencia para recuperarse "lo mejor posible" y evitar futuras recaídas. "Sobre todo quiero estar bien y no tener molestias para poder ayudar al equipo", comenta el futbolista pensando en recobrar su mejor versión en "la hora de la verdad" de la temporada, o sea, en la fase de ascenso a Segunda A. "Si todo va bien, en circunstancias normales ahí sí estaré disponible".

Al echar la vista atrás, Kitoko confiesa que, pese a no haber padecido nunca "una lesión tan grave", detectó desde el primer momento que se había roto el músculo en la desafortunada acción del partido con el Getafe B, del 19 de febrero. "Lo primero que pensé fue que tenía una rotura, pero no creí que iba a ser tan grave, porque normalmente estas lesiones se curan en tres semanas y me sorprendí cuando el doctor me dijo que iba a estar parado más tiempo", señala.

El congoleño no se hundió al recibir el primer diagnóstico de su dolencia. "Lo tenía que aceptar de todas formas, era mi destino", reconoce un jugador que se define como una persona "tranquila y paciente", cualidades que lo han ayudado en esta experiencia. "Es la lesión más grave que he sufrido en mi carrera y la primera vez que me pasa algo así, pero estoy tranquilo, lo asimilo bien. Lo peor ya ha pasado y quiero volver más fuerte que antes", agrega.

Confiesa que Andrés García Tébar le transmite ánimos cada vez que se le presenta la ocasión. "Me dice que está convencido de que volveré a jugar antes de lo previsto", apunta sobre un técnico que, tras la lesión, llegó a declarar que no tenía un sustituto para Kitoko en la plantilla que entrena.