Autocrítico pero no extremista. Así se mostró Raúl Llorente al analizar el partido de ayer ante La Roda, un encuentro que "no resultó el mejor pero tampoco fue desastroso". Aún así el lateral no dejó de reconocer que el Tenerife pecó de impaciente, sobre todo en la segunda parte. "En un determinado momento tuvimos que apretar más de alguna manera, pero nos empezamos a poner nerviosos porque no llegaba el gol. Debimos tener un poco más de calma y de paciencia y ser más inteligentes".

El madrileño agregó que al Tenerife le convenía ser "resultadista" y no preocuparse de dar una imagen convincente. "Hay partidos en los que no importa hacerlo peor si se gana, pero en este caso ni jugamos bien ni vencimos, así que estamos apesadumbrados", afirmó convencido de que "con un gol, el rival habría tenido que dejar espacios. Lo difícil era abrir la lata".

Sobre la aportación de los laterales al juego ofensivo del Tenerife, comentó que "siempre se puede tener más profundidad, aunque no creo que ese fuera el problema porque llegamos al área, pero ellos se defendieron bien". Es más, Llorente quiso destacar el trabajo defensivo del conjunto manchego, especialmente en las acciones a balón parado. "No lo llamaría suerte. Felicito a los jugadores de La Roda porque estuvieron serios, contundentes, agresivos...".

Pese al pinchazo de ayer y el triunfo del líder, Raúl no da por perdido el primer puesto. Al respecto, advirtió que "el Castilla sigue estando a dos partidos de distancia" y pronosticó que el filial del Real Madrid "no va a ganar" los diez encuentros que quedan. "Alguna vez va a tropezar y ahí tendremos que estar vivos", agregó Llorente, lejos de "tirar ahora la toalla, después de una temporada tan buena". El defensa aseguró, por último, que la plantilla reforzará su estado de ánimo con vistas al siguiente compromiso. "Cuando se pase el mal rato, veremos las cosas de otra manera. Habrá que aclarar qué pasó, corregir los errores, que hubo muchos, y seguir adelante".