Ulises Méndez (88 años) y Amadeo Bruno (78) formaron parte de los primeros años del baloncesto tinerfeño, deporte que impulsó en 1933 el recordado Enrique Alonso.

Hace unos días, en el Casino de Tenerife, estas auténticas leyendas cestistas se reunieron con los nautas Luis Tavío y Antonio Calero, del histórico RC Náutico de los años 60, acompañados con Enrique Cádenes, exárbitro y a su vez miembro de la Federación 70/80.

Haciendo uso de sus recuerdos salió en los comentarios de aquellos años 30 la cancha de la calle Anchieta, en La Laguna. "Dejó de ser un terreno de tierra para convertirse en cancha de baloncesto en 1961, existiendo otras en La Laguna", indicó Amadeu Bruno y ratificó Ulises Méndez, siendo éste componente del primer equipo capitalino, el CB Campestre, que jugaba en la Ciudad Juvenil.

Pasado un año, en 1962 -según cuentan quienes lo vivieron-, se disputó el primer partido, que siempre contó como testigo de excepción con la vieja palmera que se aprecia en la foto.

Cincuenta años después Amadeu Bruno se pasea por las calles de La Laguna y, al paso por Anchieta, se encuentra con el mismo muro y una puerta de aluminio que esconde buena parte de la historia de nuestro baloncesto. Las máquinas del siglo XXI se están encargando de borrar esos recuerdos, con el beneplácito de unos políticos que no consideraron en su día la cancha de Anchieta como interés histórico deportivo o parte de una ciudad Patrimonio de la Humanidad.