La primera consecuencia negativa de los cinco meses de cierre patronal en la NBA ha sido el incremento de lesiones que se han producido en los últimos días durante el inicio de los partidos de pretemporada.

Las más destacadas han sido las sufridas por el escolta Kobe Bryant, de los Lakers de Los Ángeles, y el pívot cubano-estadounidense Brook López, de los Nets de Nueva Jersey.

Bryant, que sufrió el pasado lunes un desgarro de ligamento en la muñeca derecha, está a la espera de conocer la gravedad de la lesión y el tiempo que puede necesitar para recuperarse. De momento, Bryant ya no pudo jugar la pasada noche el segundo partido de la pretemporada que disputaron contra los Clippers de Los Ángeles y perdieron por 103-108.

López, que se fracturó el quinto metatarsiano del pie derecho, lo tiene más difícil y complicado ya que deberá pasar por el quirófano para corregirle la lesión.

Mientras, el base estrella de los Warriors de Golden State, Stephen Curry, recibió la buena noticia que no sufre daño estructural en el tobillo derecho que se torció el pasado martes durante el partido de pretemporada ante los Kings.

Curry tuvo que abandonar el campo con ayuda de varios compañeros y aunque no sufre rotura, no se espera que pueda estar listo para cuando mañana los Warriors disputen el primer partido de la temporada contra los Clippers de Los Ángeles.

También esta pendiente de conocerse el estado de la rodilla izquierda de Marcus Camby, de los Trail Blazers, que se lesionó durante el calentamiento de preparación previo al partido que su equipo iba a disputar contra los Jazz de Utah, que tienen la baja de Millsap.

La buena noticia la recibió Chuck Hayes después que los cardiólogos especialista dieron luz verde para que pueda seguir jugando al baloncesto al no encontrarle ningún problema en las pruebas de corazón a que fue sometido. Hayes había sido dado de baja por los Kings al no superar los exámenes físicos a que fue sometido, pero ahora los especialistas cardiólogos han confirmado que no sufre ningún tipo de problema de corazón que le impida seguir jugando al baloncesto.