El cambio en la normativa para la retención de los luchadores de categorías base en los equipos de lucha canaria comienza a producir algunos conflictos entre clubes.

Tal y como se aprobó en la asamblea ordinaria de la Federación Canaria de Lucha, si un equipo está interesado en hacerse con los servicios de un luchador perteneciente a la cantera de otro club, deberá abonar la cuantía de los derechos de formación correspondientes. La novedad para este año deriva en que el club de origen no puede retener la ficha del luchador, por lo que éste podrá entrenar y fichar por el equipo que desee. Sin embargo, no podrá competir o ser alineado hasta que dicho conjunto abone los correspondientes derechos de formación.

Uno de los primeros problemas con toda esta normativa los está teniendo el Guamasa Ferretería Chávez, que este año compite en Primera Categoría.

La directiva del equipo guamasero ha mostrado su interés por fichar a dos luchadores (un cadete y un infantil) que provienen de dos clubes diferentes.

Por un lado, desde el Guamasa exponen que en la primera toma de contacto con el Rosario Estación El Mirador, de Valle de Guerra, (equipo del que procede el luchador cadete), "la postura del equipo vallero ha estado abierta a la negociación". El equipo guamasero está dispuesto a pagar los derechos de formación, pero quiere negociar los plazos en los que se harían los pagos. Aunque todavía no está todo cerrado, es posible que el acuerdo llegue pronto.

Sin embargo, la directiva del conjunto lagunero denuncia que al ponerse en contacto con el otro club al que pertenece el luchador infantil, la respuesta no ha sido satisfactoria. Entienden que el equipo de origen está en su derecho de reclamar la cuantía correspondiente a la formación. Lo que no comparten son las formas, ya que aseguran que hay directivos "a los que no les importa que los niños se queden dos años sin luchar". Por este motivo, indican que hay clubes a los que "solo les importa el dinero y no el futuro de la lucha canaria".