Uno de los alicientes del partido ante el Rayo B será ver el estreno en casa de Chechu Flores. El interior diestro debutó con el Tenerife en la cuarta jornada, en la visita al Albacete, y, por una lesión muscular, no volvió a participar hasta el reciente encuentro en La Roda.

¿Qué tal el regreso a la Liga?

Mejor de lo previsto. No esperaba aguantar tantos minutos y me quedé contento porque pude ayudar al equipo lo máximo posible.

Todo indica que el domingo de-butará en el Heliodoro. Al fin.

He jugado aquí como visitante y sé que tanto el Heliodoro como la afición son espectaculares. Cuando venía con el Girona la gente apretaba mucho, y ahora tener todo eso a favor es una gran satisfacción.

Muchos aficionados descubrirán a Chechu en el partido con el Rayo B. ¿Qué pueden esperar?

Me caracterizo por centrar, por ir al uno contra uno... Cuando estoy mejor físicamente intento buscar otras cosas, como la rapidez.

Seguro que le hace feliz dar un centro que acabe en gol...

No me obsesiono con marcar. Más bien es al contrario. Me caracterizo por meter centros para que los compañeros puedan rematar.

¿Y cómo va esa sociedad?

Tenemos mucho potencial. Quizás últimamente los partidos no se están dando como nos gustaría, so-bre todo en el apartado ofensivo, por el número de goles. Pero hay que aprovechar a jugadores como Kiko, Perona, Rubén, Germán...

Pero habrá goles de Chechu...

En cada temporada suelo marcar, pero obsesionarme con ello no me ayudaría a tener más suerte de cara a la portería. Cuando menos lo espere, quizás llegará algún gol.

Tenerife-Rayo B. ¿Qué intuye?

El Rayo B tiene futbolistas pequeños, es muy intenso, no se caracteriza por las segundas jugadas, le gusta tocar la pelota y presionar arriba, y tiene atacantes rápidos y dinámicos que no van a parar de correr. Será crucial tener el balón, sobre todo en campo contrario, mover al rival de un lado para otro y tener paciencia. A balón parado, como ellos no son muy altos, tendremos que utilizar nuestras armas.

Se nota que le gusta analizar los partidos en profundidad...

En el campo me gusta ver el posicionamiento táctico de los equipos y leer los partidos. Por ejemplo, en La Roda me pareció que en la primera parte, a pesar de que teníamos más jugadores por dentro, ellos superaban con facilidad nuestras líneas y al final acertamos con el cambio de sistema. Con otro punta tuvimos mucha más llegada.

¿Lleva un entrenador dentro?

No. No creo que valga para eso. Me gusta mucho el fútbol. Desde pequeño lo practico e intento ayudar a los compañeros y colaborar con los técnicos aportando lo más que pueda de mis conocimientos.

Habla de su temprana afición al fútbol. ¿Dónde vivía entonces?

Nací en Jaén, pero desde pequeño me marché a vivir a Cataluña por el trabajo que tenían mis padres.

Futbolísticamente es catalán...

Sí, toda mi carrera fue ahí.

Y el club en el que creció fue el Girona. Después de pasar once años en ese equipo, ¿qué diferencias encuentra entre aquella etapa y la actual en el Tenerife?

El Tenerife es un club que ya es grande, viene de estar en Primera. El Girona está creciendo poco a poco en todos los ámbitos. En cambio, el Tenerife lo tiene todo prácticamente hecho a nivel de prensa, de masa social... Lo que hay aquí es muy difícil que se vea en otros equipos, y no me refiero solo a la Segunda B sino a categorías superiores. No hay sino que ver la entrada de público al estadio esta temporada. Es para estar orgulloso de vestir esta camiseta.

¿Qué piensa al ver a más de diez mil espectadores en las gradas?

La temporada pasada, en Segunda División A, no visité muchos campos en los que acudieran más de diez mil espectadores, y aquí es normal incluso estando en Segunda B. Es algo que debemos disfrutar.

¿Tiene la impresión de que acertó al fichar por el Tenerife?

Cuando doy un paso al frente, lo hago con todas las consecuencias. Fui consciente de que viniendo al Tenerife iba a bajar una categoría, pero también que iba a ganar por la oportunidad de vivir el fútbol de otra manera y de estar en un club que ha pasado por Primera. Para mí era un reto personal. Vestir esta camiseta implicaba muchas más cosas que están por encima de jugar en un equipo de Segunda B. Además, me habían hablado muy bien de este equipo y no lo dudé.

¿Se está cumpliendo todo eso de lo que le habían hablado?

Te puedes imaginar cosas: que es un club grande, que mueve mucho, que la gente lo vive... pero una vez que estás aquí, es mucho mejor. Me he quedado encantado con la afición, sobre todo, y también con el seguimiento mediático que hay.

¿Con qué relacionaba el nombre del Tenerife antes de venir?

Recuerdo ver partidos del Tenerife de la época de Fernando Redondo, Juanele o Pizzi, por nombrar solo a tres de muchos que podría mencionar. Estar en el mismo club que ellos y vestir la camiseta que defendieron jugadores de tanto caché y nivel, es un privilegio. El día de mañana podré decir que estuve en un club por el que pasaron jugadores muy importantes.

En la historia reciente del Tenerife, el Girona tiene su hueco porque Montilivi fue el escenario del último ascenso a Primera. ¿Qué recuerda de aquel equipo?

Ese Tenerife tuvo su año. A nivel individual todos los jugadores rindieron a un nivel muy alto y se notaba que iban a una y que en todas las líneas eran muy dinámicos, agresivos, intensos... Todo eso les permitió ascender a Primera.

Ahora se busca lo mismo, salvando las distancias. ¿Cree que la exigencia que hay es excesiva?

Los profesionales ya contamos con la presión resultante de la competición. Cada club tiene sus objetivos y si no hay presión por permanecer, la tienes por ascender. Pero todo eso hay que dejarlo aparte para que no te afecte. El jugador tiene que dedicarse al cien por cien a su trabajo y a ganar partidos. Si se consigue el objetivo, mucho mejor, pero si no es así, y espero que no ocurra, tampoco hay que dramatizar, siempre y cuando hayamos dado todos lo máximo.

Ya vivió un ascenso a Segunda A. ¿Es tan difícil como parece?

Mucho. Y más hoy en día, porque cualquier rival te puede ganar. Además, muchas veces los ascensos dependen de pequeños detalles y también es necesaria la suerte, porque cualquier tontería te puede dar la gloria o el fracaso. Si al final trabajamos todos juntos y vamos a una, va a ser mucho más fácil.

¿Es un mensaje para el entorno?

Es que si buscamos juntos el mismo objetivo, será mucho más fácil, porque una temporada es muy larga. Ahora no estamos sacando los resultados ideales, pero estamos arriba y eso demuestra el potencial que tenemos. Cuando sumemos de tres en tres y lo veamos todo de diferente manera, se demostrará que este Tenerife es muy competente y estará arriba.

Y el plan no pasa solo por jugar el "play-off", sino por ser líder...

Pero a mí me preocuparía más estar primero todo el año y luego no subir, porque ya ha pasado que algún equipo queda cuarto a última hora y llega como una flecha al "play-off" y asciende. Ser primero tiene mucha importancia y tenemos que luchar por ello, pero si no es así, habrá que tener tranquilidad.

¿El Tenerife está aprovechando el peso histórico que mencionaba antes para tener alguna ventaja?

Creo que llegar al Heliodoro y enfrentarte a un equipo que hace dos años estuvo en Primera, es algo que impone. Y estoy seguro que en los momentos decisivos, el estadio va a reunir a mucho más público y los adversarios lo acusarán. Seguro que la afición va a ser el jugador número doce del Tenerife y nosotros debemos sacar partido de algo que otros no van a tener. El ascenso se conseguirá en casa.

¿Cómo ve al equipo? ¿Le falta mucho para acoplarse?

Hay jugadores nuevos y tenemos que asimilar conceptos y adaptarnos a cosas a las que no estábamos acostumbrados. Y eso lleva un proceso. Es un tiempo que hay que pasar y cuanto antes, mejor. No podemos estar siempre diciendo que tenemos que acoplarnos.