Natalia Rodríguez se enfrenta hoy al momento que ha esperado durante dos años, el de disputar una nueva final mundialista de 1.500 metros para sacarse la espina que tiene clavada desde su descalificación en los Mundiales de Berlín 2009, después de haber ganado la carrera.

Fue "un palo muy gordo" para la tarraconense, de 32 años, que no sabe, por falta de referencias, si su forma física actual es tan buena como la que tuvo entonces, pero asegura que es "muy buena", como lo atestigua la magnífica impresión que ha ofrecido en series y en semifinales.

Lejos de arrugarse ante el enorme reto que supone enfrentarse otra vez a las mejores del mundo, Rodríguez no ve la hora de calzarse las zapatillas de clavos para dirimir una carrera que huye de convertir en un ajuste de cuentas para no obsesionarse con los fantasmas del pasado.

El destino ha querido que Gelete Burka, a quien según los jueces derribó Natalia en la final berlinesa, no esté ahora en la final, después de haberse retirado en semifinales.

Pero sí estará otra etíope, Kalkidam Gezahegne, de sólo 20 años, que batió a Natalia en la final de los Mundiales en pista cubierta de Doha 2010, aprovechando el pique entre la española y Burka.

Cuarta mejor marca.- Natalia comparece en la final con la cuarta mejor marca del año entre las doce finalistas. Por delante de ella, con un registro de 4:00.33, está la defensora del título, la bahrainí Maryam Jamal, que heredó en Berlín la medalla de oro arrebatada por decreto a la española.

También presentan mejor marca Gezahegne, que ha hecho récord personal este año (4:00.97) y la marroquí Btissam Lakhouad (4:01.09), pero a la hora del combate por las medallas hay un factor más importante, la capacidad competitiva, y en eso Natalia Rodríguez no cede ante ninguna adversaria.

La atleta dirigida por Miguel Escalona se propone "correr con cabeza" en la final, que a su juicio va a ser "muy abierta" porque "hay muchas chicas jovencitas que vienen muy fuerte y con muchas ganas, por lo que puede haber sorpresas".

El historial.- Su historial está presidido por el seis, puesto que ha conseguido dos veces en campeonatos del mundo (Edmonton 2001 y Helsinki 2005), una en Juegos Olímpicos (Pekín 2008) y otra en Europeos (Munich 2002).

Por último, Natalia solo tiene una medalla en grandes campeonatos al aire libre, el bronce que consiguió el año pasado en los campeonatos de Europa de Barcelona, aunque fue subcampeona mundial en pista cubierta en Doha 2010.