DE las múltiples marcas que arribaron a nuestra isla en el siglo XX, quizás la más personalizada sea sin lugar a dudas la yanqui Pierce-Arrow. Estos automóviles comenzaron a fabricarse en 1901, y hasta 1938 se mantuvieron en las cadenas de montaje poseyendo el "título" de ser voluminosos ejemplares. Otra de las características y sello personal es la ausencia del nombre de su marca, y lo que los convertía en auténticos conocidos entre usuarios eran sus típicos faros montados sobre los guardafangos, modalidad que les proporcionaba un cierto aire de vanguardismo respecto a todos sus inmediatos competidores.

Sus orígenes, como casi todo el resto de las marcas automovilísticas, se remontan a la fabricación de bicicletas, y en el caso de la Pierce-Arrow esta data de 1865. El escudo adaptado por su fundador, George N. Pierce, es un hexágono con el nombre de sus fotingos y una flecha en sentido horizontal separando ambos. Este escudo no es visible en la parrilla, solo está en los tapacubos de las ruedas, y, como mascota, coronando el radiador, un arquero arrodillado.

Santa Cruz de Tenerife tuvo la suerte de contar entre su parque automovilístico con vehículos de esta marca, pero de lo que nunca dispuso o por lo menos nosotros desconocemos es que existiera representante oficial de los mismos, ya que a lo más que nos hemos aproximado es a una carta dirigida a la Pierce-Arrow Motors Company en solicitud de distribución en el año 1918 firmada por el insigne comerciante de esta plaza el señor Ángel Cruz Delgado. La ausencia en el registro de fotingos de esta marca en años posteriores nos hace suponer que esos proyectos del caballero Cruz Delgado no fueron fructíferos.

Para poder contemplar la presencia de un Pierce-Arrow en nuestra isla debemos situarnos en el mes de octubre de 1933, fecha en que se registra un espectacular phaeton con motor de ocho cilindros en línea de 34 hp, al que la Jefatura de Obras Públicas lo señala con las placas de TF-5044, e inscrito a nombre del señor Ruperto Pozuelo Ruiz, con domicilio en La Laguna. Afortunadamente, y después de que este ejemplar viviera mil una vicisitudes, en la actualidad se conserva en perfecto estado de concurso.

El siguiente modelo del que tenemos noticias es también un phaeton con capacidad para siete pasajeros, matriculado el día 26 de octubre de 1935, al que la administración lo señala con las placas de TF-5940. En este caso, su motor era un seis cilindros en línea que le proporcionaba 25 hp. La larga vida de este ejemplar provoca que se hayan producido varios y notables cambios, ya que recibió un nuevo motor proveniente del Ford TF-4383 en 1948, no sin antes haber sido el donante de su grupo original al camión Federal TF-3856. Actualmente el TF-5940 está considerado como desaparecido.

Por fin llegamos al más grande y espectacular de todos cuantos Pierce-Arrow rodaron por nuestras carreteras. Este ejemplar era todo un mastodonte del piche, ya que su tara de 2.780 kilos y sus llantas de 7,50 x 17 pulgadas nos acercan a la realidad. Por eso, su grupo motriz lo componía un motor de doce cilindros con 44 hp. Es el único sedán de los de esta marca con capacidad para cinco pasajeros del que tenemos noticias. Su estreno se produjo el día 2 de febrero de 1936, siendo su primer propietario Alejandro Bremen, con residencia en el Puerto de la Cruz. En el año 1940 cambia de dueño y de destino, ya que se va para Las Palmas de Gran Canaria, al ser adquirido por Nicolás Rodríguez Rodríguez el día 7 de octubre de ese año. Poco estuvo rodando allí, puesto que en 1941 es vendido para Bata, donde terminó sus días.