NARRAR la historia de la Ford en Tenerife no es nada sencillo, ya que a la gran cantidad de ejemplares vendidos le debemos añadir la existencia de cada uno de sus agentes y no olvidarnos del enorme fenómeno de anécdotas relacionadas directamente con el legendario y famoso modelo T, por lo que su reproducción llevaría un grosor de una auténtica enciclopedia.

El artículo de hoy está dedicado a lo que nosotros hemos venido a llamar la "era moderna del T" en Tenerife, o sea, aquella referida al año 1922. En ese año los intereses de la Ford Motor Company se encontraban bajo el control de la empresa Viuda e Hijos de Antonio Cecilia, anterior representante y que había fallecido poco tiempo atrás, llevando el comercio su viuda Carmen López Calero, con domicilio en la calle Cruz Verde, nº 10.

Esta laboriosa y respetada dama del comercio automovilístico logró mantener a la Ford en el primer lugar de ventas, al igual que antaño lo hizo su esposo, Antonio Cecilia Serna. López Calero empleó para ello el apoyo propangandístico, y por tanto nos encontramos con anuncios sumamente interesantes y que nos aportan luz para confirmar todo cuanto hemos dicho. Uno de los primeros que insertó en la prensa local, el día 4 de abril de 1922, es aquel en que avisa a sus clientes de la inminente llegada del buque correo "Atlanta" con una considerable cantidad de unidades de Ford T en todas sus versiones, prueba irrefutable de la demanda de los mismos por los usuarios chicharreros. En cambio, desde la sede central de Detroit sus fabricantes expandían a los cuatros puntos cardinales que de sus cadenas de montaje había salido la unidad un millón, cifra por aquel entonces catalogada de exitosa e inaudita en la industria automotriz.

Desde los locales de la calle Cruz Verde continuaban vendiéndose más y más Ford T, trayendo consigo muchas coincidencias interesantes en lo referente a las anécdotas de este mítico modelo.

El año 1922 se inicia con la matrícula TF-540, pero pronto un Ford colabora a aumentar la lista de nuevas unidades, siendo por tanto el TF-542, primer ejemplar de esta "era moderna", el encargado de inaugurar las estadísticas particulares de la dama Carmen López Calero, concretamente el día 7 de enero. A este pionero, qué duda cabe, se le añadirán todo tipo de modalidades Ford T, como es el camión TF-550 o la "jardinera" TF-659, con capacidad para diez pasajeros, que es inscrita el día 4 de agosto. Tampoco debemos olvidar la gran cantidad de T que se registraron ese año con destino al servicio público. Un dato que no podemos omitir de este año es que la matrícula capicúa TF-707 fue, cómo no, para otro Ford T.

Aquí llegamos al origen del título del artículo de hoy, pues a más de un aficionado le habrá extrañado que de un modelo millonario comentemos que es duplicado, pero no es así, ya que lo que queremos destacar es que muchos transportistas adquirieron para un uso más de dos fotingos T. En el mes de mayo de 1922 la estimada Carmen López Calero vende al Ayuntamiento de Santa Cruz dos unidades de este modelo, tocándole al carrozado en phaeton las placas de TF-607 y el camión de las mismas características la TF-608. No hace falta indagar mucho para saber el destino que se les dio a cada uno de ellos, pues basta solo conocer su modalidad para saber que seguro el primero de ellos estaba al servicio del alcalde, mientras que al segundo le tocó una más dura tarea. No obstante cubrieron sus necesidades a las mil maravillas. Calidad no faltaba para ello.